Era un programa especial, en un día especial. En ‘El Objetivo’ de este 25 de noviembre de 2018 no tocaba ver a Ana Pastor cuestionando, no tocaba ver a Ana Pastor interpelando, no tocaba ver a Ana Pastor discutiendo, ni puntualizando, ni haciendo preguntas incómodas. Sólo asistiendo con sonrisa maternal a su principal entrevistada, la joven Patricia Fernández, a la que lo más incómodo que le dijo Pastor fue «¡Que joya eres, Patricia!».
Algo que dicho por una Ana Rosa Quintana o una Susanna Griso a la hija de la víctima de algún crimen tratado en su sección de crónica negra hubiera sido visto con más normalidad, pero dicho por Ana Pastor chirriaba un poco, porque parecía que en este último programa era otra Ana Pastor.
El tema justificaba que fuera otra. Se trataba de algo tan delicado como la violencia machista y Ana Pastor no quería debate ni equidistancia, algo en parte lógico: entre criminales y víctimas, la equidistancia sobra.
En un programa que presume de dar datos chequeados y rigurosos se escucharon algunas frases por parte de los invitados que asustaban bastante: «¡Sólo el 5% de los maltratadores de España son condenados!», «¡España está vulnerando los derechos humanos y está saliendo impune!», «¡El Estado es responsable de la violencia!», «¡Los crímenes son culpa de la sociedad, de la cultura, es el machismo, es el patriarcado!». Afirmaciones tan duras quizá merecían ser atestiguadas con datos precisos e irrefutables.
Hubo un «momento hemeroteca» en que La Sexta de Atresmedia, aprovechando los archivos de Antena 3 TV, fue recordando momentos clave del tratamiento en los medios de casos de violencia machista en España: pasaron por noviembre 1992, por 1997 con el caso Ana Orantes, asesinada tras denunciar a su marido en Canal Sur y del que sacaron imágenes de las manifestaciones de entonces (cuyo hijo, curiosamente también fue acusado de malos trato a su novia años después, aunque él aseguró que era mentira) o imágenes de 2004.
Ahí fue cuando los ‘hemerotequistas’ que estuvieran viendo el espacio podían pensar que la Hemeroteca de Atresmedia iba a sacar imágenes del «caso Svetlana», la mujer que fue asesinada después de que un programa de televisión tuviera la poco feliz idea de juntarle con el que unas horas después iba a convertirse en su asesino. —El diario de Patricia’ registró un caso similiar al de Svetlana en 2004—
Y mira que tenían que tener las imágenes a mano, porque el programa en cuestión era de Antena 3 allá por 1997. Pero no, hablaron de lo de Orantes, que fue Canal Sur, pero no de lo de Svetlana. Y eso que es poco probable que directivos de la casa como el panoli de Javier Bardaji hayan olvidado aquel trágico incidente. —Patricia Gaztañaga: «No dejé El Diario por el caso Svetlana»—
¿Rebatir, cuestionar?
Un programa como ‘El Objetivo’ parecía el sitio adecuado para combatir las habituales consignas de los anti-feministas y su cantinela de «las denuncias falsas». Para ello se esperaba ver la proyección de alguna tabla donde se desmontaran esos argumentos cuñadiles, con estadísticas que fueran incuestionables.
Pero no. Ana Pastor se limitó a decirlo de viva voz «¡Sólo un 0,01 de denuncias falsas!», «¡Lo digo para los que cuestionen lo que decimos!». En un tema tan trascendental quizá hubiera sido mejor idea reforzar esos datos con algo más que la mera palabra de la presentadora!».
Con algo tan simple el argumentario anti-feminista sacará que ese 0,01 no son los casos de denuncias falsas, sino son casos en los que se ha ‘deducido testimonio’ de la denunciante, pero que luego están todas las denuncias que son rechazas y archivadas, aunque no haya deducción de testimonio ¿en qué lugar quedan?
Siguiendo los datos dados por ‘El Objetivo’… ¿No podría haber algún negacionista que señalara como una contradicción que se afirmara por un lado que sólo 5% de los maltratadores denunciados eran condenados y por otro que sólo el 0,01 de las denuncias son falsas?
O una de dos, o los tribunales españoles son una panda de malnacidos que se dedican a archivar causas de criminales culpables, o alguno de los datos citados por ‘El Objetivo’ merecería haber sido tratado con menos ligereza y con un rigor mayor que hubiera servido para desbaratar y enterrar los argumentarios anti-feministas. Por desgracia, no fue así.
Y lo que menos ayuda para esa causa son intervenciones como las del tertuliano Miguel Lorente (asesor de Juana Rivas) al defender que los hombres denunciados por maltrato debían tener presunción de culpabilidad y que «no se podía poner en duda» la versión de ninguna denunciante «de la misma manera que se me creería si digo que me han robado el reloj».
Al margen de la frivolidad que supone comparar un pleito que pase lo que pase siempre supone el destrozo de vidas con el hurto a un reloj, Lorente debería ser consciente que alegatos grandilocuentes como los suyos a favor de negar la presunción de inocencia ante cualquier, rechazar el estudio particular caso por caso de todas las personas a las que se acusa de delitos y someter las pruebas a contraste, es negar el estado de derecho, y esa es la mejor herramienta para dar armas a los negacionistas del antifeminismo. Una trampa en la que ‘El Objetivo’ no debería caer.
Ana Pastor comentó en un momento al hablar del papel mediático ante la violencia machista que «algo estaremos haciendo mal los medios», y fue la mejor frase del programa.