Pepi, de 42 años, se ha presentado orgullosa como «la abuela más joven de Casillas», su pueblo en Murcia. Además ha explicado que es auxiliar de enfermería pero que actualmente se dedica a la tanatopraxia.
La de Murcia ha comenzado diciendo que le «gustan los muertos» y ha añadido: «Yo me pongo allí, con los cascos, los maquillo divinamente. Les cierro los ojos, eso sí…», según recoge Ecoteuve.
Tras estas confesiones tan tétricas, la camarera Lidia Torrent ha comenzado a preguntar a Pepi que ha acabado confesando unas experiencias un tanto extrañas: «Estábamos en el sofá yo y mis hijos [sic]. Era pleno agosto y de repente, miramos al pasillo… y todo blanco. Un helor, un helor que había, un frío…».