Irene Montero es la portavoza podemita porque ella puede utilizar el lenguaje como le venga en gana, y de hecho ya ha amenazado con que no va a dejar de hacerlo. Ni siquiera aunque a la palabra portavoz la defina su género el artículo. Carlos Herrera se cachondea de las coces al diccionario de ‘Irena Montera’ y las tontas que la secundan.
Ella se vale por sí misma para establecer el bien y separarlo del mal, una fórmula muy podemita. Además siempre se puede arrogar el favor de ‘la gente’ para confirmar que sus tesis son las correctas.
Este 9 de febrero de 2018 en ‘Espejo Público’ arrancaron abordando el tema, con el escritor Juan Manuel de Prada analizando el asunto desde un punto de vista lingüístico. Y el palo que le mete a Irena Montera es descomunal:
- «Pero vamos a ver, si ‘voz’ es un sustantivo femenino… Tendría que ser portavoz y ‘portavozo’ si queremos forzar el significado. Es algo demente. Es el totalitarismo ideológico que puede llegar a subvertir totalmente el sentido de la lengua. La palabra ‘voz’ es femenino, no habría que tocarla».
- «Estas acuñaciones feministoides luego lo que hacen es proyectar sobre el feminismo el escarnio. Como las palabras miembras, jóvenas, portavozas… Es forzar el lenguaje de una manera monstruosa para que se vuelva contra quienes lo promueven».