A nadie le podía extrañar que la CUP tuviera su cuota de pantalla ese 14 de febrero de 2018 en ‘Las Mañanas de Cuatro’, su altavoz preferido para los espectadores estatales a los que les importa un bledo la vida de este partido independentista y antisistema.
Pero Javier Ruiz es así, y le gusta tener en su programa gente de diversa índole y especialmente si son de izquierda radical. En esta jornada en la que iba a declarar ante el Tribunal Supremo la expresidenta de la CUP, Mireia Boya, la consigna era clara: la cupista no ha hecho nada y el Estado es opresor y la Justicia, intervenida.
Y Javier Ruiz comiéndoselo con patatas. La diputada del Parlament, Natalia Sánchez, seguía con su retahíla. Incluso aunque el Tribunal Supremo se queje de que este partido municipalista lleva a 100 personas a la puerta para amedrentar a los magistrados que iban a preguntar a Boya, los de la CUP lo ven todo normal, como parte de su activismo punki, con más magnitud que nunca gracias al repulsivo procés:
Es evidente que en ningún caso un par de autobuses de gente solidaria que quiere mostrar su apoyo a Mireia Boya no es ninguna amenaza a ningún tribunal. Estamos aquí para estar a su lado, porque no está sola, tiene a todo un movimiento y a toda una organización su lado pase lo que pase. Cualquier insinuación de una concentración delante de un tribunal que es muy habitual, no es ninguna amenaza y menos para un tribunal como el Supremo.
El señor que pone a parir a Rufián en medio de la calle.