Las barbaridades machistas y cavernícolas de Pablo Iglesias son más propias de Pedro Picapiedra
‘laSexta Noche’ celebró por todo lo alto la noche del 10 de marzo de 2018 la resaca de los actos de la huelga feminista del 8 de marzo de 2018.
Por supuesto, muchas de las intervenciones fueron para criticar la postura del PP, que en teoría no acudió a ninguna de las manifestaciones aunque en la de las periodistas se vió hasta a la secretaria de Estado Carmen Martínez de Castro, y la de Ciudadanos, que pese no estar de acuerdo con la huelga, sí que acudió a alguna de las concentraciones y se le tachó de oportunista («Cuando nos cercaron [las feminazis] sentí el mismo miedo que cuando me pegaba mi marido»).
Sin embargo, Eduardo Inda, director de Okdiario, dio un golpe sobre la mesa y recordó a todos los tertulianos que si en los últimos tiempos ha habido un político con actitudes ultramontanas y machistas ese ha sido Pablo Iglesias, el líder de Podemos y también algunos de los miembros de las confluencias podemitas.
El periodista comenzaba por criticar la politización que se ha hecho del 8-M:
Esto no tiene que estar politizado, pero ¿por qué está politizado? Os voy a poner un ejemplo. Hace diez días contamos que en la web del Ayuntamiento de Zaragoza, donde gobierna Podemos, no los fachas del PP o Ciudadanos, había una guía para ligar y uno de los consejos que se le daba a las mujeres era que fuesen picaronas y enseñasen el tanga e insinuasen el escote, una cosa aberrante y vomitiva. ¿Qué ocurrió? Nosotros llamamos a asociaciones feministas y ninguna quiso condenar el hecho.
Añadía que:
Luego están los actos cavernícolas, ultramachistas de Pablo Iglesias. Él llegó a decir en el Congreso que Andrea Levy (PP) se calentaba con Miguel Vila, que es un diputado de Podemos. El señor Iglesias dijo también que azotaría a Mariló Montero hasta que sangrase. También a una periodista le dijo en una rueda de prensa «bonito abrigo de piel lleva usted».
Y remachaba:
Esas barbaridades machistas, cavernícolas, más propias de Pablo Picapiedra que de un señor del siglo XXI, ¿cuántas descalificaciones merecieron de los colectivos feministas? Cero.