Hagamos memoria: era 2001, y comenzaba con una gran expectación después del éxito de la primera edición una nueva temporada del programa, con 12 nuevos concursantes.
Los problemas de seguridad de la primera edición habían llevado a la productora a cambiar la ubicación de la casa, que por primera vez estaba en el municipio de Guadalix de la Sierra. Fue un año de lo más lluvioso y las dificultades en las obras provocaron que la casa fuera prácticamente la misma: se introdujo un poco más de color en la casa, se incluyó una sauna en el jardín, se mejoró la piscina… y eso fue todo.
El eslogan de esta edición fue “El primer Gran Hermano del siglo XXI“. Y como tal, se temía que una de las cuestiones insinuadas durante la primera temporada pero no vista hiciera su aparición: el sexo entre los concursantes. Y ocurrió, vaya si ocurrió. Pero primero presentemos a los protagonistas.
Emilio Lozano era un madrileño de buena familia: quiso ser músico y tocar el piano, pero a cambio empezó a trabajar haciendo piezas de aviones, y luego en una tienda de ropa que, según él, era la más elegante de todo Madrid. En la casa demostró ser un chico muy presumido, lo que años más tarde se llamaría “metrosexual“: acostumbraba a echarse cremas y cuidarse las manos y el pelo. Se hizo muy amigo de Marta López porque los dos tenían un amigo en común. Pero su amor dentro de la casa fue Eva.
Eva Paz era una catalana que vivía en Palma de Mallorca, había estudiado Puericultura y vivía con su hijo pequeño y una amiga. Antes de entrar en el reality trabajaba en un bar y dentro de la casa confesó que, aunque echaba de menos a su hijo, nunca le dió tiempo a sentirse sola.
Entre los dos surgió el amor y no pudieron esperar a estar fuera de la casa. Hicieron historia primero con una boda ficticia, en el jardín de la casa y oficiada por Alonso. Pero el público no aprobó el paripé y acabó expulsando a Emilio a los 66 días de entrar en la casa. Su tendencia a ser un poco sabelotodo y a conocer a todo el mundo —según él por su tienda ha pasado toda la aristocracia madrileña— no ayudó mucho.
Respecto a Eva, fue expulsada la semana siguiente. Ella había afirmado querer ganar el concurso para llevar a Eurodisney a su hijo, algo que nunca convenció al público por considerarlo sensiblero, y la boda ficticia tampoco ayudó.
Pero antes de ser expulsados, la propia “noche de boda“, ocurrió por primera vez eso de edredoning: el resto de habitantes de la casa le prepararon el “habitáculo” a la pareja para que pudieran tener una noche de bodas en intimidad.
Al salir de la casa se casaron de nuevo, esta vez oficialmente, pero la relación no prosperó. Eva apareció en varios programas de televisión contando su boda y su posterior ruptura. Fue muy comentado también cuando una revista publicó un robado de ella en topless, lo cual forzó que acabara apareciendo, esta vez con contrato y dinero de por medio, desnuda en Interviú.
También sigue siendo amiga de otros “grandes hermanos” de otras ediciones, con los que se reunión para despedir a Mercedes Milá…
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