YO CONTESTÉ DE FORMA SESGADA UNA ENCUESTA DEL EGM, Y LO HICE POR SALUD

El EGM llama a mi puerta: por qué las encuestas que determinan la audiencia de los medios son un pufo 

Encuestadores a puerta fría con decenas de preguntas por rellenar para un estudio que puede durar más de una hora

El EGM llama a mi puerta: por qué las encuestas que determinan la audiencia de los medios son un pufo 
Una joven lee el periódico gratuito en la calle.

Domingo 3 de junio de 2018, 18.30 horas. El timbre de la puerta de casa me interrumpe el último capítulo de 13 reasons why en Netflix. Un señor que ronda la cincuentena, con americana, me pregunta si tengo unos minutos para una encuesta del Estudio General de Medios (EGM). Me produce curiosidad el tema, por deformación profesional, y además cierta empatía porque ni me quiero imaginar cómo debe ser la puerta fría con una encuesta así entre manos ofreciéndosela al resto de mis vecinos.

Tomamos asiento y empiezan las preguntas. Mi mujer asume que el capítulo se va a quedar un rato a medias. El señor en cuestión va a toda pastilla con su tableta cuando arrancan las cuestiones sobre mis consumos de medios de comunicación. El primer chequeo es desolador:

Al encuestador le entran sudores fríos cuando empieza a apuntar a toda pastilla en su tablet que soy periodista y consumo decenas de diarios digitales varias veces al día; bastantes horas de radio en distintas franjas horarias, con emisoras cambiantes y programas de distinto contenido; y que veo bastante televisión y un puñado de plataformas de vídeo bajo demanda.

Los sudores fríos me entran a mí cuando observo cómo a cada apartado que he empezado enumerando con complacencia le siguen otras tantas decenas de preguntas técnicas. Qué emisoras, qué programas, qué presentadores, en qué horas al día, qué contenido tiene el programa, cuántas veces por semana, cuántas al mes, ¿desde internet, app o en FM? Me quiero retirar ya y seguir con mi vida de domingo por la tarde.

Llevamos 15 minutos y conseguimos pasar del capítulo ‘radios’: y llegan los periódicos. Le digo al encuestador que tardo menos si le enumero los que no visito que los que sí, pero no cuela. Señalo unos 20 diarios de pinchazo semanal, me dejo algunos por hartazgo. Pero ahora vienen las revistas del kiosco. Todas ellas. ¿Cuántas veces al año consultas el Lecturas? Pues mire, alguna vez en la peluquería. ¿Cuántas de estas revistas has mirado alguna vez en tu vida? Empieza a pasar el muestreo y recuerdo alucinar con una para runners, varias de bebés y otra para premamás. Estoy a punto de decirle que la de Ana Rosa ha cerrado. Pero me estoy impacientando.

La selección de contenidos escritos me deja tan exhausto, a sabiendas de que llevo más de media hora siendo encuestado-secuestrado, que la curiosidad me ha abandonado por completo y ya solo tengo ganas de terminar y dejar al buen hombre seguir su camino. Quería saber cómo funciona una encuesta del EGM que después (tres al año) arrojará resultados básicos especialmente para las radios y su publicidad, pero ahora he comprendido que estos sondeos no sirven para nada y solo contribuyen al pufo.

No hemos llegado a la televisión convencional y sé que aún quedan las plataformas de pago, pero el encuestador abandona los medios y empieza a preguntarme por hábitos de consumo en supermercados, superficies, comercio online, movimientos financieros y demás parafernalia que no quiero ni recordar.

¿Cuántos de estos tipos de anuncio has visto últimamente? Marquesinas, paneles en carretera, anuncios en autobús, anuncios en Instagram, en Facebook, en Snapchat… ¿En serio? Sí, ¿pero cuántas veces a la semana? ¿Cuántas aplicaciones tienes en tu smartphone? ¿Cuántos dispositivos electrónicos tienes? ¿Tu televisión es 4K? ¿Estás casado?

Lo que estoy es irritado. En cuanto llega el bloque de televisión y nos acercamos a los 40 minutos de entrevista, no puedo aguantar más. El encuestador me empieza a preguntar por todas las cadenas que consumo y he consumido en algún momento del último semestre. Voy a explotar. «NO VEO TELEVISIÓN» El encuestador se queda contrariado porque al principio dije que sí, y apuntó que tengo Netflix, HBO, Orange TV y Amazon Prime, y que en el trabajo la tele está puesta todo el rato y tengo un ordenador con dos o tres cadenas emitiendo al mismo tiempo en streaming.

Empiezo a contestar rápido con evasivas. Ya no quiero ser consumidor de nada ni tengo curiosidad por nada. Me quiero ir a la cama y olvidarme del suplicio. No soy antipático con el señor que hace su trabajo, pero encamino la entrevista hacia su fin.

Cuando salga la próxima oleada del EGM -27 de junio-, sabré que la mayoría de sus datos no sirven para nada, por culpa de esas encuestas infinitas y destroza personas que al final no reflejarán la realidad por agotamiento y hastío.

Lo que las radios no te van a contar de sus datos del EGM

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Autor

José Pablo González

Licenciado en periodismo en 2010 por la Universidad Complutense de Madrid. Canterano del diario ABC, en Periodista Digital desde 2013, actualmente es redactor-jefe. 

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