«¡Han quitado ‘Las Mañanas de Cuatro‘ por que era una programa donde se decían verdades!» Continúan clamando en redes quienes traducen como «programa que dice verdades» a «programa de mi ideología que zurra a la ideología contraria». No obstante al margen de las consideraciones tópicas de siempre, ‘Las Mañanas de Cuatro’ con 12 años de existencia merece un recuerdo en la historia de la televisión.
Hubiera sido bonito que Javier Ruiz junto al emotivo detalle de emitir una pieza que homenajeó a su actual plantilla hubiera dado paso a otra que recordara momentos de docena de ediciones pasadas de LMDC y a sus tres predecesores en la butaca del presentador. No lo hizo ni les mencionó, quizá porque él mismo sabe que las actuales mañanas de la Cuatro de Mediaset se parecen poco o nada a las iniciales LMDC de la cadena Cuatro de Sogecable.
1) Una ‘reina para la mañanas’ de Cuatro
Si hubiera que señalar a un ‘padre’ de las primeras ‘Mañanas de Cuatro’ ese fue Daniel Gavela (de PRISA), hoy al frente de la SER, que fue el timonel de Cuatro que encargó a la productora Plural (de PRISA también) producir un magazine en la mañana que se midiera frente a Ana Rosa Quintana, que apenas llevaba un año en Telecinco pero ya reinaba en audiencia en sidecar con Vicente Vallés y una María Teresa Campos en las mañanas de Antena 3 TV que, como su compañera de tandem Montserrat Domínguez, ya agonizaba como estrella de las mañanas y estaba a punto de ser reemplazada por Susanna Griso. Gavela encargó el reto de luchar por el puesto de «reina de las mañanas» a Concha García Campoy, una de las periodistas progresistas míticas de la radio.
En aquella época los magazines de mañana no empezaban a primera hora, sino que tomaban el relevo a media mañana a los informativos matinales de entrevistas. Modelo que posteriormente tanto Antena 3 como Telecinco modificaron cuando los magazines ‘devoraron’ a los informativos matinales para empezar a las 9.00 acaparando así toda la mañana. No así LMDC que mantuvo su horario de media mañana.
García Campoy realizó pues un programa que junto a mesa política, tenía también mesa rosa, tenía también entretenimiento, reportajes, humor, curiosidades y hasta una sección de zapping. De sus muchos colaboradores uno que brilló con voz propia: Gonzalo Miró. Que era una mezcla que lo representaban para Ana Rosa Belén Esteban y Máxim Huerta fusionados en uno: el friki progre del espacio (y también el que más palos se llevó de los críticos del momento).
En su mesa política de ese momento se podían destacar tertulianos serios con formas sosegadas como Antonio San José, Juan Carlos Viloria, otros algo más contundentes como Victoria Lafora o el futuro ministro José Ignacio Wert y ya los clásicos ‘tertulianos espectáculo»: María Antonia Iglesias, Arturo González y Ángela Vallvey que, en demasiadas ocasiones, convirtieron la tertulia en un gallinero de cotorras gritando a la vez en aquella crispada primera legislatura zapateriana. Un entonces desconocido en Madrid Salvador Sostres también participó en algunas cuantas tertulias de LMDC de Campoy.
Pero no fue la política lo que dio más tirón. El mayor éxito de audiencia para el programa llegó en diciembre de 2006 cuando Campoy logró la primera entrevista a Isabel Pantoja tras la ‘Operación Malaya‘. Campoy se empeñó en dejar claro que no había pagado a la tonadillera, aunque no pudo evitar las críticas por hacer una entrevista ‘amable’ sin referencias al blanqueo que pesaba sobre la artista.
El programa también tuvo sección de crónica negra que protagonizó momentos polémicos como la entrevista a ‘la madre del Cuco‘ en mayo de 2010, una entrevista que pasó bastante desapercibida, no así cuando la realizó en noviembre de 2011 ‘La Noria‘ que generó un escándalo. Probablemente porque los críticos apenas seguían ‘LMDC’ y en cambio ninguno se perdía ‘La Noria’ para vapulearla.
2) Marta Fernández: Aumentemos política, reduzcamos todo lo demás
El 26 de noviembre de 2010 Concha García Campoy anunció que abandonaba Cuatro porque llegaba Mediaset – que absorbía al canal Cuatro – y, según Campoy, ella mantenía diferentes «criterios». Aquellas diferencias se resolvieron pronto, porque a las pocas horas Campoy aceptó la oferta de Mediaset para presentar su matinal en Telecinco. Pero sin duda el cambio en Las Mañanas de Cuatro fue completo. La productora Plural dio paso a una productora Mandarina, de la casa, y entró el turno de Marta Fernández.
La presentadora apostó por dar un perfil más marcadamente político al programa que ahora estaría compuesto casi exclusivamente por una mesa política. Para ello había que fichar a nuevos tertulianos, a ser posible, muy anti-PP: entraron entonces figuras como Jorge Verstrynge, Enric Sopena, Elisa Beni o Ignacio Escolar. La intencionalidad de semejante ramillete no podía estar más clara. También un desconocido joven socialista al que ya se había visto en tertulias de Veo7: el joven Pedro Sánchez. Con una tertulia ‘tan moderada’ que no tenía reparos en vincular los discursos de Aznar con la matanza de Tucson.
La etapa de Marta Fernández se vería condicionada por un suceso inesperado: laSexta contraprogramó en septiembre de 2011 colocando la tertulia política ‘Al Rojo Vivo‘ en la misma franja que ‘Las Mañanas de Cuatro’, con una estructura idéntica y una línea editorial similar: leña al PP y un punto de vista progresista.
3) Jesús Cintora: el trampolín de Podemos
En mayo de 2013 Mediaset decía apartar a Marta Fernández y poner en su lugar al tertuliano izquierdista Jesús Cintora. Su reto estaba claro: intentar batir a Antonio García Ferreras. Tertulianos del espacio contarían como Cintora mientras presentaba no quitaba sus ojos del monitor que tenía instalado siguiendo los pasos que hacía Ferreras en cada momento. Cintora intentaría arrebatar tertulianos a Ferreras y, al revés. Uno de los que más se esforzó en intentar ‘captar’ fue a Alfonso Rojo. El presentador no se tomó muy bien la negativa del director de Periodista Digital al que acabaría atacando luego desde su programa en varias ocasiones denunciando su ‘calaña’.
Quienes sí aceptaron fueron la socialista friki antipepera Beatriz Talegón, la monja pujolista antipepera Lucía Caram, el juez suspendido antipepero Elpidio José Silva, el presidente cántabro – que pasó de aliado del PP a antipepero total – Miguel Ángel Revilla. Junto a otros periodistas de animadversión pepera acreditada como Antón Losada, Cristina Fallarás o Alicia Gutiérrez evidenciaban la intencionalidad del programa de endurecer la línea de machacamiento pepero. Pero había un tertuliano más de plato fuerte: el profesor universitario conductor de ‘La Tuerka‘, Pablo Iglesias Turrión.
El joven Iglesias no era un tertuliano más en el show de Cintora. Su tiempo para hablar parecía ilimitado. Se le permitían hacer grandes monólogos, pizarras y despliegues que no tenían el resto de tertulianos y acorralar a los invitados como si fuera una especie de co-presentador.
El momento más claro fue cuando en fin de año 2013, Jesús Cintora permitió a Pablo Iglesias que hiciera «el discurso de Fin de año» imitando al del Rey. El mensaje de Iglesias fue claro «En 2014… ¡Podemos!». Y se marcó un speech político de propaganda de su futuro partido con la generosidad de su anfitrión. Pronto quedaría claro que Iglesias estaba usando aquel espacio – como ‘laSexta Noche‘ – de trampolín político y con aquel speech de nochevieja que le permitió resulta poco probable que Cintora no fuera consciente de ello.
En mayo de 2014 Pablo Iglesias triunfó en las elecciones europeas con su partido y al día siguiente aparecía sonriente en LMDC para celebrarlo ante un Jesús Cintora que se comprometió en antena a mantenerle de tertuliano estrella del espacio «¡aquí podemos!». Un encomiable gesto de lealtad.
Pero el entreguismo de Cintora a Podemos pronto empezó a sacar de quicio a propios tertulianos del espacio como a Isabel San Sebastián, Carmen Tomás, Arcadi Espada o Víctor Arribas que abandonaron el espacio denunciando que el presentador realizaba encerronas para ridiculizar a todos los detractores de Podemos (no así Jaime González, que parecía disfrutar viendo cómo Cintora o Iglesias se reían de él en su cara).
4) La etapa Javier Ruiz
Que a San Sebastián, Tomás o Arribas no les gustara la deriva de Jesús Cintora era una cosa, pero que no le gustara a la cúpula de Mediaset fuera otra. El 27 de marzo de 2015 los directivos de Mediaset apartaban fulminantemente a Jesús Cintora para reemplazarlo por Javier Ruiz en un movimiento al que no pudieron ser ajenos ni Juan Pedro Valentín ni Paolo Vasile.
No faltaron quienes vieron algún interés político. Pero ni Cintora (que mantenía un contrato bien remunerado con Mediaset que le ataba a la casa hasta 2016) dijo ni mú, ni tampoco Javier Ruiz dijo en antena nada ni ninguno de los tertulianos que siguieron en el espacio dedicaron ni un minuto de espacio del programa a recordar al caído Cintora. Sólo el castrista Willy Toledo le dedicaría unas palabras en otro programa de Mediaset, y el hecho de que sólo te defienda en antena Willy Toledo igual no es la mejor carta de recomendación si quieres presumir de periodista objetivo).
En sus tres años al frente de Las Mañanas de Cuatro Javier Ruiz ha mantenido su pugna con Antonio García Ferreras con la mayor entereza posible. Manteniendo una línea progresista en la que el PP siempre se lleve la peor parte, pero intentando evitar dar la imagen de ‘colegueo’ con Podemos que dio Javier Ruiz, aunque sin renunciar a mantener un vínculo claro con esa formación a través de Juan Carlos Monedero, tertuliano habitual del espacio, aunque siempre por conexión y, al principio, con el compromiso de no tener que interactuar con otros tertulianos.
La retirada de ‘Las Mañanas de Cuatro’ en las tertulias de mediodía viene a ser una continuación de la política que ya puso en marcha Mediaset cuando suprimió ‘El Gran Debate‘ (y sus intentos de sucesión como ‘Abre los ojos‘, ‘Un Tiempo Nuevo‘, etc.) entregando el monopolio del debate de gritos del fin de semana a Atresmedia, como al quitar ‘Te vas a enterar‘ daban el monopolio de la política a ‘Más Vale Tarde‘. Ahora toman la misma decisión con respecto al mediodía dándosela a ‘Al Rojo Vivo’ dejando a ‘El Programa de Ana Rosa‘ como única tertulia de la cadena de Fuencarral que, al parecer ve más negocio en una programación menos politizada.
‘Las Mañanas de Cuatro’ ha muerto: el monopolio de la información política, de momento, será para La Sexta de Atresmedia. García Ferreras ha ganado.