Cuando el anterior presidente elegía la cúpula de RTVE era un gesto casposo, autoritario, un retroceso en nuestras libertades; cuando lo hace el presidente socialista es una epifanía
No se trata de Andrés Gil, ni de Arsenio Escolar o de Ana Pardo de Vera. Se trata de que el nombre del presidente de RTVE no puede ser el resultado de un intercambio de cromos entre dos dirigentes políticos (RTVE: El plan es convertir ‘Informe Semanal’ en ‘La Tuerka’ y los telediarios en ‘Aló Presidente’).
Y si les parece que lo del intercambio de cromos es una calificación desmesurada, lean el resumen que Pardo de Vera (una de las presuntas candidatas a la presidencia de RTVE) ha hecho en Twitter de lo sucedido en los últimos días (La directora de Público: «Pablo Iglesias me dijo que RTVE dependía ahora de Podemos»).
El problema de la izquierda no es solo que haga lo mismo que la derecha: es que además lo cuenta con pelos y señales y sin sontojarse siquiera, porque piensa que puede cometer todavía mayores barrabasadas que las perpetradas por el PP en los últimos años, porque es ‘moralmente superior‘.
Y en eso siguen. El PSOE ofreció en la noche del viernes a Podemos la posibilidad de elegir para la presidencia de RTVE a alguno de los candidatos propuestos por trabajadores de la corporación.
La reunión se prolongó hasta la noche y Podemos mantiene su idea de que el presidente sea Andrés Gil, redactor jefe de política de ‘eldiario.es’.
Para ello, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, intentará durante el fin de semana convencer a PNV, ERC y PDeCAT para que la próxima semana apoyen a Gil.
Los socialistas entienden que debe mantenerse la capacidad de propuesta de Podemos, tal y como pactaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Sin embargo, ante las pegas manifestadas por los trabajadores de RTVE, quieren que Podemos haga su propuesta utilizando como base los nombres aportados por los trabajadores.
El PSOE entiende que no tiene sentido cerrar un acuerdo solbre Gil solo entre socialistas y Podemos ante la falta de apoyos que tendría después en el Congreso.
