Hace un año, la primera iniciativa de Iglesias sobre RTVE fue exigir la supresión de la misa pese a su audiencia
No está muy claro si es la fiebra ‘comecuras‘ congénita al progre o un sinistero gesto para la galería, porque esas cosas siempre tienen público, pero por ahí van los tiros.
Porque el asunto tiene base y antecedentes. Fue en marzo de 2018 la primera iniciativa de calado de Podemos en el Congreso sobre RTVE.
Y la proposición no de ley registrada por los de Pablo Iglesias comenzaba con este literal:
«El Congreso de los Diputados insta a la Corporación RTVE a suprimir las emisiones de misas que semanalmente se programan y permanecer neutral, aconfesional y respetuosa con todas las creencias e ideologías de la ciudadanía».
La argumentación del partido morado proseguía así:
«La sociedad española es muy diversa plural. En España conviven personas de muchas ideologías y de distintas creencias religiosas: católicas, islamistas, evangelistas, ortodoxas, ateas, agnósticas o judías. Son formas todas ellas muy legítimas de entender el mundo».
Y remataba Podemos:
«Ante la imposibilidad de dar cabida a todos y cada uno de estos sistemas ideológicos y conjunto de creencias, y para que ninguna persona pueda sentirse discriminada, la actitud más sensata de una televisión pública es la de absoluta neutralidad en materia de ideologías, religión o creencias. Y esto debe traducirse en el cese de las emisiones televisivas de determinados ritos religiosos, misas católicas básicamente, que actualmente se emiten».
Pero el castigo que Iglesias pretendía infringir a los españoles de mayor edad -siempre reacios a votar a Podemos, como sus máximos dirigentes han reconocido- se saldó con un sonoro fracasos, egún esdiario.
La primera retransmisión de la misa en La 2 tras el debate de esta iniciativa disparó su audiencia hasta un 18,6% de cuota de pantalla con 964.000 espectadores.
Los cuatro domingos anteriores su cuota de pantalla osciló entre el 6,5% y el 7% y su audiencia se situó entre los 315.000 y los 375.000 espectadores.