«El plazo para que un juez pida amparo al CGPJ es de diez días. Llarena pidió amparo a los dos meses y el CGPJ se lo dio. Las reglas son para los otros». Lo dice uno de los tertulianos estrella de Atresmedia, Nacho Escolar, uña y carne de otro jurista de cuidado como es Joaquim Bosch.
Nacho Escolar, ojito derecho de Antonio García Ferreras y siempre listo como un boy scout cuando hay que aliarse con los separatistas, defiende que el Estado no asuma «en ningún caso la defensa del juez Pablo Llarena por los actos privados que se le atribuyen».
Para poder personarse en la causa, España tendrá que recurrir a un bufete privado porque la Abogacía del Estado no puede actuar en un procedimiento fuera de nuestro país. Y Escolar dice que lo hace para cuidar nuestro bolsillo. Nuestro dinero no le preocupó demasiado cuando su jefe Jaume Roures envió a cientos de trabajadores de Público al FOGASA, periódico que Escolar dirigió sin pena ni gloria.
La otra es Elisa Beni, a todas horas en las pantallas de Atresmedia. «No hay motivos para que los ciudadanos rescatemos a un magistrado bocazas. A ver cómo lo explican», escribe en el digital de Escolar, of course. —Rescatando a Llarena—
«Hasta la fecha el sufrido contribuyente español se ha visto abocado a rescatar bancos y concesionarios de autopistas varios, pero no se había dado el caso hasta el momento de que se nos pidiera que rescatáramos a un juez. Sin embargo, eso es exactamente lo que está sucediendo. El magistrado Llarena, con el dudoso apoyo de su amigo Lesmes, el amo del calabozo del CGPJ, pretende que se utilice dinero público para pagar la representación legal de Pablo Llarena en un pleito civil en Bruselas y, además, que en caso de que éste se pierda y sea condenado, se utilice el dinero de todos para pagar la indemnización, que sería simbólica, y hacer frente a las costas, que no lo serían tanto».
«Con el bolsillo propio amenazado, Llarena ha pedido sopitas. Estas sopitas no eran de fácil cocción»
¡Les preocupa el contribuyente español! Escolar y Beni son los dos grandes propagandistas de Pedro Sánchez, y dado que la postura del PSOE es apaciguar al separatismo, es normal que estos dos se pongan las botas para enterrar a Llarena (y por tanto apoyar la querella de Puigdemont). Mientras peor le vaya a España, mejor para ellos.
Comentar desde Facebook