‘El Cascabel’ de Trece es apenas una sombra de lo que era. El programa que presenta Antonio Jiménez, que llegó a hacer audiencias de hasta un 5 % (rondando el millón de espectadores) en 2016, hoy se tiene que conformar con un 2,5 % de share (340.000).
Y no es casual. El ‘prime time’ de Trece es una tertulia sin ritmo, con un presentador desganado y ausente, que se limita a hacer un comentario de opinión, pero no al estilo camorrero de los que hacía en esa misma cadena Alfredo Urdaci en los informativos (y que disparaban la audiencia) sino en un tono sosegado hasta el bostezo ideal para quedarse sobado e irse pronto a la cama.
En la antesala del @ElCascabelTRECE .todo listo para comentar la actualidad del día con Antonio JIMÉNEZ pic.twitter.com/wqH80GYWgx
— Fatima iglesias (@IglesiasFatima) 20 de septiembre de 2018
Lo que es sorprendente es que una cadena de la Conferencia Episcopal trate el tema de la ‘fake tesis’ de Pedro Sánchez y el presentador se quede en blanco mientras dos de sus tertulianos, Fátima Iglesias (Directora de Comunicación y Marketing de Valdebebas) y Luis Arroyo (asesor del PSOE en comunicación) –sin tener la menor idea de lo publicado hasta ese momento por Okdiario, ABC y El Mundo– defiendan la tesis negando el plagio.
Arriba, una nota de prensa de un Consejo de Ministros de 2010; debajo, el libro de @sanchezcastejon de 2013, que me costó 20 euros. Sin cita, sin referencia, sin comillas, PLAGIO, fraude. Más ejemplos en @abc_es pic.twitter.com/fxWgnVktJw
— Javier Chicote (@ChicoteLerena) 21 de septiembre de 2018
Por suerte estaban Yolanda Gómez del ABC y Javier Negre (El Mundo) para poner desmentir el cúmulo de falsedades que dijeron sobre la tesis Arroyo e Iglesias.
«No habeis detectado ningún plagio», le dijo Arroyo a Gómez con todo el papo aunque luego reconoció que no conocía en detalle las informaciones de ABC. —VER VÍDEO MINUTO 21′:00»—
Del presentador no se tuvieron noticias. Ausente durante todo el debate. Ni siquiera en su editorial atacó a Sánchez por el plagio y le exigió que dimita por el escándalo. Y los espectadores, huyendo despavoridos.