Lejos quedan aquellas primeras entrevistas en las que Ana Pastor no se lo podía difícil a Pablo Iglesias (debió de ser la única vez que logró aplausos entre los espectadores de derechas). No obstante incluso a los que no les gusta el modelo de entrevistas-debate o entrevistas-interpelación tan explotados en España por Pastor o por Terribas no negarán que Pastor cada vez parece tener menos energías que las que tenía antes.
Pablo Iglesias afirmó sin tapujos que con el Gobierno del Partido Popular nunca dimitieron ministros. Una estupenda ocasión para que Ana Pastor recordara las dimisiones de José Manuel Soria (por algo que tenía sus similitudes con los casos de Maxim Huerta o de Pedro Duque) y el caso de Ana Mato (en este caso por motivos bastante más gordos que todos los anteriores, dado que estaba siendo investigada por el caso Gürtel aunque fuera a título lucrativo).
Ambos dimitieron aunque Podemos/PSOE/La Sexta de Atresmedia y compañía quieran vender el slogan «aquí nadie dimitía hasta que llegamos nosotros, etc.».
Más raro fue el tema de La Almudena. Pablo Iglesias afirmó que la Iglesia no tenía derecho a permitir que la familia Franco enterrara los restos del dictador en la Cripta.
En realidad la Iglesia no ha dicho ni ‘mú’ (ni es probable que el paradero de los huesos podridos de lo que antaño fuera el generalísimo sea una de las prioridades del Papa Francisco), lo que pasa es, simplemente que la familia Franco ya tiene adquirida (y pagada) unos espacios en el cementario de la Almudena, donde ya están enterrados, entre otros, el marqués de Villaverde o la propia hija de Franco.
Ana Pastor tenía el dato, pero no parecía tener ganas de explicarle como hace con hacía con otros invitados a lo Rottenmeier su error. Pablo Iglesias gritaba: «¡Ni a ti ni a mí nos permitirían enterrarnos en la Almudena!».
Qué poco parece saber Iglesias del sector funerarios. Si pagas entierran a quien sea y precisamente Pastor e Iglesias son dos personas que seguramente si tengan suficientes gastos como para poder pagar las tarifas del cementerio La Almudena.
¡Telesicario!
Que Pablo Iglesias descalifice e insulte a periodistas no es ninguna novedad. Y, habida cuenta de que muchos periodistas también le han atacado con virulencia a él, no se le podrá negar el derecho a defenderse con esa misma virulencia. Más raro es el caso de Ana Pastor, que ni se inmuto cuando el político insultó a – en teoría – un compañero periodista que trabaja con frecuencia en esa misma cadena Atresmedia.
En ’59 Segundos’ en alguna ocasión Ana Pastor ya fue criticada por saltar a la defensiva cuando algún tertuliano criticaba a alguien que no estaba presente (a Miguel Ángel Rodríguez le cortaba muchas veces cuando intentaba descalificar a figuras sociales o mediáticas de la izquierda), pero en cambio cuando los tertulianos de derecha arremetían contra Jiménez Losantos en su programa le daba más igual.
En ‘Los Desayunos’ si frenó a un invitado cuando insultaba a un grupo mediático que no estaba presente. Fue precisamente a José Bono por atacar a Intereconomía. Pero quizá no era por querer defender a compañeros de sector, sino por el gusto que tenía cortando a Bono.
Por cierto, espectacular la respuesta de Pablo Iglesias de decir que no se posicionaría sobre la prostitución hasta que el movimiento feminista no se manifestara por unanimidad. ¡Estrategia de lujo para no mojarse!
Ana Pastor podría haber preguntado «¿a quienes considera ‘movimiento feministas’? ¿Qué organismo, asociación sindicato tiene autoridad suficiente para representar a todo el feminismo? ¿Cómo plantea contabilizar o acreditar esa ‘unanimidad’ feminista? ¿Un referendum a todas las mujeres o algo así? Ana Pastor no pregunto nada de eso.
Ya con Quim Torra, Pastor parecía ‘apagada’, teníamos esperanzas con Iglesias y nada. A ver si llevan a Pablo Casado y se anima un poco, pero si ni con esas, es la actual Ana Pastor ha entrado oficialmente en el grupo de entrevistadores con desgana.