GENTE DE LA TELE

‘Cuarto Milenio’: Iker Jiménez denuncia ‘caza de brujas’ tras ser acusado de fraude por el ‘Caso Vallecas’

Todo fantasmal, casi tab tenebroso como algunos aspectos de el popular y longevo programa Iker Jiménez.

El pasado 16 de septiembre de 2018, «Cuarto Milenio», abordó en Cuatro Tv el «caso Vallecas», el único expediente policial en España que recoge sucesos paranormales.

El misterio volvió a la actualidad en 2017 de la mano de Paco Plaza, que llevó el «caso Vallecas» al cine con «Verónica» y que cautivó al público internacional gracias a su entrada en el catálogo de Netflix.

La emisión de «Cuarto Milenio» dedicada al suceso irritó a parte de la audiencia de Cuatro, que no entendió que Iker diera credibilidad a lo que muchos consideran un «fraude».

En concreto, ha molestado a Iker Jiménez un reportaje publicado en el diario «El Mundo» y en el que se desmonta la vertiente paranormal del «caso Vallecas».

Al respecto, el periodista no ha dudado en pronunciarse en términos bastante duros:

«Muchos han pensado que el caso de Vallecas era un fraude porque hoy en día basta con dar un titular, que no se va a ir más allá. Sinceramente, muchos intentaron subirse al carro y propagaron el Iker fraudulento, el Iker mentiroso… como si Iker fuera el único investigador que se ha hecho eco del caso Vallecas. Lo grave es que, en mi opinión, es ese titular de ‘destruido el caso Vallecas’. Las corrientes más escépticas se molestan siempre, eso es así y atacan con mentiras. Catorce años de éxito a algunos gusta, a otros no».

El presentador destaca las contradicciones que evidencian los hermanos de la protagonista del caso en el citado artículo.

En «Milenio Live», el podcast de Iker Jiménez y Carmen Porter, los periodistas no han dudado en explicar que «cualquier argumento es bueno para meterse con Iker Jiménez».

«Hay mucha inquina con este tema», ha asegurado el comunicador, al tiempo que denuncia una «caza de brujas».

Un armario cerrado que se abre repentinamente y de forma sobrenatural. Estruendos sin justificación en la terraza de la vivienda. Un Cristo separado inexplicablemente de su cruz. Una mancha marrón, «identificada como babas».

Estos son algunos de los sucesos paranormales que la Policía Nacional, una madrugada de noviembre del año 1992, redactó en el parte de su visita a la casa de la familia de Estefanía Gutiérrez Lázaro, una joven de Vallecas que falleció en extrañas circunstancias tras jugar a la ouija.

Reunió a sus amigas para contactar con los espíritus en su instituto. Querían hablar con el novio de una de ellas, que había fallecido en un accidente de moto. Entonces pasó lo que solía suceder durante estas sesiones: fueron descubiertas por una de sus profesoras.

Esto hizo que el juego terminara. Sin una despedida. Al menos para Estefanía. Desde ese momento, según contaron los padres de la joven, la chica empezó a sufrir convulsiones, alucinaciones y a escuchar voces aterradoras en su propia casa, en la calle Luis Marín de Madrid.

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