Pocos pueblos como el español disfrutan tanto poniéndose a parir a sí mismos (‘La comilona del Rianxo’: momentos gore en el festín de la ministra con Villarejo).
Una costumbre que han heredado los medios de comunicación (La ministra Delgado, que llamó ‘maricón’ a Marlaska, ve ‘machista’ que la llamen ‘marioneta’ de Garzón).
Medios de izquierda y derecha han ido todos a piñón a presentar como la maldad personificada la renovación del Consejo General del Poder Judicial por el hecho de que sus componentes sean seleccionados por el Congreso de los Diputados, y por el hecho de que los dos grupos que designan más miembros del Poder Judicial sean los dos que representan a más ciudadanos porque da la casualidad que son los dos que han recibido más votos.–Fortes recompensa la visita de Garzón ya sin lacito naranja evitando preguntarle qué ha sido de Izquierda Unida–
En ‘Al Rojo Vivo’, la tertulia estrella de La Sexta, llegaron a definir esta renovación del CGPJ como «un secuestro» del Poder Judicial por los políticos. Lo cual parte de la base de suponer que un juez, da igual que tenga una larga trayectoria judicial en distintas salas como es el caso del juez Marchena o el juez De Prada, en el momento en el que un partido le designado para ocupar un cargo, sufre una transmutación y se convierte en el lameculos mayor de ese partido que le ha colocado, un ser castrado y sin voluntad que se limitará a doblar el espinado ante Génova 13, Ferraz o el círculo morado que le ha designado, carente de toda voluntad.–El exjuez Garzón, defensor de los comisarios del ‘Caso Villarejo’, se ofrece a Carmena como candidato en Madrid–
Es difícil pensar un insulto mayor para un magistrado y es especialmente dolido que quien lo insinúe sea, precisamente, un juez como es Joaquim Bosch (La ministra Delgado, la del ‘Marlaska maricón’, le hizo un favor millonario al comisario Villarejo).
Si bien quien encabeza el rankin de escupitajos contra la justicia española es Ignacio Cosidó con su gesto de superdotado, nada sería igual sin la colaboración de los medios. Ferreras llegó al ridículo de llamar a su programa a defender la independencia judicial… ¡A Baltasar Garzón!( El exjuez Garzón, defensor de los comisarios del ‘Caso Villarejo’, se ofrece a Carmena como candidato en Madrid)
El que aleccionaba sobre independencia era el mismo ex juez Garzón que fue en las listas del PSOE y que ahora se ha ofrecido a las de Manuela Carmena. El mismo que da a entender en su libro que la independencia para él era justa si el CGPJ respaldaba su candidatura para presidente de la Sala de lo Penal y dejaba de serlo si elegían en su lugar a Gómez Bermúdez. Con ‘jueces independientes así…’.–Garzón y Assange (el mismo de WikiLeaks) iniciarán acciones legales contra Ecuador por «desvelar información reservada»–
Pero, al fondo de la cuestión ¿todos los miembros ‘progresistas’ del TS o el TC juzgan a la carta del PSOE? ¿Todos los miembros del TC y el TS votan a la carta del PP? Es interesante recordar algunos casos para poner unos cuantos puntos sobre íes y recordar que al margen de quién te nombre, cada juez, magistrado o catedrático en el TC, es responsable del sentido de sus sentencias o resoluciones, que no tienen por qué coincidir con la del partido que le ha nombrado. Y hay bastantes ejemplos. Por poner sólo algunos de los más conocidos:
• Caso GAL: Los miembros del Tribunal Supremo Martín y Conde Pumpido eran progresistas, por lo que podía pensarse que votarían a favor de los acusados, que eran del PSOE, pero fallaron en contra de ellos por considerar que las pruebas eran suficientes para condenarlos. Los dos jueces progresistas votando, por tanto, en contra, de lo que deseaba que hiciera el PSOE.
• Matrimonio Homosexual: Francisco Pérez de los Cobos era miembro del Tribunal Constitucional a propuesta del PP, partido del que había sido incluso militante. Pero cuando llegó el momento de votar el recurso del PP contra el matrimonio gay, el voto en contra del recurso tumbándolo y dando la victoria a los progresistas. Un juez propuesto del PP votando directamente en contra de un texto del PP.
• Aborto: El Tribunal Constitucional tumbó la primera propuesta de Ley del Aborto del PSOE. Presidía entonces el alto tribunal Manuel García Pelayo, progresista que había padecido exilio contra la dictadura franquista, pero que en aquella ocasión se posicionó en contra de una propuesta de ley del PSOE.
• Demanda contra Aznar: Al juez Enrique Bacigalupo le tocó estudiar una causa que pretendía juzgar al ex presidente Aznar por presunta responsabilidad en crímenes de guerra en Irak. Bacigalupo era juez del TS a propuesta por el PSOE, pero consideró que no había pruebas y suficientes y archivó la causa. Un juez progresista votando en contra de una causa que seguramente no hubiera disgustado al PSOE.
• Juicio del 11-M: Javier Gómez Bermúdez alcanzó la presidencia de la Sala de lo Penal con los vocales nombrados por el PP. Medios de comunicación progresistas hicieron campaña contra él diciendo que iba a secundar la teorías conspirativas que el PP respaldaba en aquel momento de insinuar implicación de ETA en aquel atentado. Gómez Bermúdez sentenció que había sido un atentado de terrorismo islámico, en contra del criterio mantenido por el PP. Un juez conservador votando en contra de los intereses del PP.
• Sentencia del Estatut: El Estatut de Cataluña había sido aprobado por el PSC en Cataluña y por el PSOE en España. Por tanto cabía suponer que los representantes del PSOE en el Tribunal Constitucional lo respaldarían, pero Manuel Aragón, nombrado a propuesta del PSOE consideró que algunos puntos de aquel texto eran inconstitucionales y votó contra ellos logrando que fueran anulados. Un vocal progresista que votó en contra de los intereses del PSOE.
• Caso Garzón: El PSOE de Zapatero y Chacón respaldó totalmente al juez durante todo el proceso que lo investigaba por prevaricación, mientras que el PP quería aparentemente que fuera condenado. Pese a ello el juez Luciano Varela, progresista, instruyó la causa en contra de Garzón. En el proceso que juzgó a Garzón por los pagos recibidos por sus cursos al Banco Santander, el juez que archivó la causa, absolviendo de facto a Garzón, fue Marchena, es decir, un juez conservador, pero que votó en contra de los deseos del PP.
De igual modo en el juicio que destruyó a Garzón por espiar a los abogados de los principales acusados por el caso Gürtel, el presidente de la sala fue Joaquín Giménez, un juez progresista, pero que votó en dirección contraria a los deseos del PSOE.
¿Y cuántos casos más se podrían poner? ¿El juez conservador Marchena no firmó la condena contra Jaume Matas, del PP? ¿No fue un juez progresista como Conde Pumpido quien firmó la sentencia a Luis Roldán, del PSOE?
¿No ha sido un conservador, Miguel Colmenero, el que acaba de firmar una sentencia encarcelando a Rodrigo Rato, del PP? ¿No fue un juez conservador el que firmó la progresista que encarceló a Gabriel Urralburu, del PSOE? ¡Pues ya está bien de patear a nuestros jueces!
Todos los jueces antes citados o miembros del TS, TC o AN sufrieron vapuleos mediáticos por votar bajo su conciencia y en contra de ‘los suyos’ como querían los medios. Les vapulearon a cada uno de ellos por evidenciar su criterio propio al margen del de los partidos que los habían ‘colocado’, y los vapuleaban los mismos medios que ahora dicen estar muy preocupados por la independencia judicial.
Si es verdad que los jueces se han instalado en la desacreditación, al menos así podrían presumir de haberse igualado con los medios de comunicación, que hace tiempo que están situados en esa ubicación.