Los piques entre colaboradores de Sálvame, trascienden los muros del plató de Telecinco. Lydia Lozano celebró la noche del viernes su cumpleaños con un fiestón al que no invitó a ninguno de sus compañeros de Sálvame y de Sábado Deluxe (Telecinco). Y eso le costó este sábado las pullas y el vacile de todos ellos, empezando por el presentador, Jorge Javier Vázquez, que empezó por darle la bienvenida con un poco de rintintín, según recoge Marya González en huffingtonpost.
«Bien, yo bien… ¿y tú?», respondió irónicamente al «¿qué tal?» con el que le había saludado la colaboradora. «La tía, que hace una fiesta para 100 personas…», dijo de pronto mientras el resto de colaboradores apuntaba: «Y no nos invita».
«100 personas…», continuó el presentador: «100 personas y solo fue la directora y el director de Sábado Deluxe. ¿Por qué? Porque el diario ya lo tiene atado».
Lydia Lozano aguantaba el chaparrón mirando sus notas muy seria y esperando que se acabase el cachondeo con ella. «Hija, al menos decirlo, Lydia…», regañó con burla el presentador.
Al final, tras algunos comentarios más, Vázquez se puso serio y le dijo de nuevo a la colaboradora: «Mira Lydia, te voy a decir una cosa: son tus fiestas de cumpleaños y tienes que invitar a quien te dé la gana».
Aunque la cosa quedó ahí y el ambiente se destensó con la colaboradora, el tema de la fiesta continuó dando juego durante toda la noche. Durante la entrevista a Mónica Hoyos, Lozano se había mostrado algo errática en las preguntas y exposiciones y el presentador empezó a bromear con que no tendría que haber ido a trabajar: «¡Vaya resaca que tienes, guapa!«. Puedes verlo aquí.
Lozano preguntó si tenía mala cara y Vázquez aseguró que no se refería a eso: «Es un compendio. La cara, la poca concisión, el ajardinarte… A ver, ¡y tienes una cara de resaca que no se la deseo ni a mi peor enemigo!».
Mientras todos reían, Lozano mostraba que no le estaba haciendo ninguna gracia. Intentó continuar con su trabajo por encima de las risas [e interrupciones] de sus compañeros y al hacer la siguiente pregunta se equivocó. Vázquez terminó entonces de poner la guinda al pastel y con mucho cachondeo, dijo a su compañera: «Si hoy tuvieses profesionalidad, no deberías cobrar el caché».
