Dicen que la venganza se sirve en plato frío. Miriam Saavedra no dejó títere con cabeza en el último Sábado Deluxe del año en Telecinco. El «huracán inca» de Gran Hermano VIP repartió de lo lindo a todo lo que se movía, con María Patiño de aguda instigadora y dos objetivos claros: su archienemiga Mónica Hoyos y su ex Carlos Lozano. Y Makoke, que pasaba por allí, también se llevó alguna caricia, según esdiario.
Sabido es que Miriam y Mónica se llevan como el perro y el gato y que, durante semanas, se ha alimentado la teoría de que, más allá de diferencias, todo parte de una tensión sexual no resuelta, de una especie de atracción fatal entre ambas que al no culminarse provoca estropicios.
Y precisamente ese rumor, aireado por no pocos y sustentando en alguna que otra imagen difusa, fue utilizado por la ganadora de GHVIP18 para sacudir sin compasión a Hoyos, negando que por su parte hubiera ni remotamente parecido a atracción: «Es una señora con la mente sucia».
Ahí, directa al hígado, ese órgano que noquea a boxeadores de peso pesado, lanzó su golpe Saavedra. Pero el KO llegó con otro disparo de su escopeta verbal que dará mucho que hablar y promete un largo culebrón de idas y vueltas: «Lo que le ocurre es que está enamorada de mí». Toma ya.
Y fue Patiño quien sacó toda esa verborrea letal, revelándole primero a Miriam que su amiga Mónica había contado, en una cena privada, cómo notaba que le provocan una atracción irrefenable a la peruana. Punto a favor de la periodista, que con ese aperitivo logró tirarle de la lengua a su entrevistada hasta el infinito y más allá.
Y de ello da cuenta los lagrimones de Miriam, vestida como una Miss con corona y todo, al servir otras raciones de morbo XXL: así, contó cómo mantuvo dos relaciones sentimentales paralelas con Hugo y Carlos Lozano (de quien dijo que se inventó una supuesta relación con Makoke) a la vez; se vino abajo dando detalles de su segundo aborto y se lio literalmente a palos con el periodista Rafa Mora, con una sentencia demoledora: «No has cambiado, eres un bajuno, un chulo y un malcriado».
