Probablemente nos encontramos ante la edición más polémica del talent culinario de más éxito. La nueva edición de Masterchef Junior lleva casi un mes en antena y ya ha sido objeto de varias polémicas. Uno de estas apareció cuando se arrojaron varios kilogramos de azúcar a los pequeños competidores como parte de una broma. Ante las críticas, el programa aseguró que no es apto para consumo humano.
La nueva polémica va un poco en la misma línea. Este martes Masterchef Junior puso a los pequeños chefs a hacer batidos. Era una competencia basada en la cantidad y no en la calidad del resultado, pero aún así se crearon con la intención de ser tomados.
Su final fue diferente: al final del desafío, los concursantes y el jurado se enfrascaron en una batalla de bebidas, arrojándose los batidos entre sí hasta empaparse.
Lo que el programa ha planteado como un juego muchos lo ven como un mal ejemplo para los niños y un derroche inadmisible en un mundo donde aún se pasa hambre… especialmente después de que los presentadores presumieran de que donarían los excedentes de ingredientes a bancos alimentos.
