Hay pocas expresiones tan españolas como esa de «con la Iglesia hemos topado«. Viene de un pasaje de Don Quijote de la Mancha y se usa para expresar lo inconveniente de que en los asuntos propios se mezclen los obispos o los curas y por extensión, de cualquier autoridad ‘incompetente‘ (Que marque la ‘X’ de la Iglesia en la declaración de la Renta el obispo de Gerona).
Con la Iglesia topamos los españoles en el País Vasco, cuando monseñor Setién, afortunadamente ya en el infierno, y muchos de su cuerda, apoyaban el crimen, la extorsión y el espanto de ETA (Alfonso Ussía incendia la COPE por el trato piadoso hacia el fallecido monseñor Setién, el amigo de los etarras).
Con la Iglesia estamos topando en Cataluña, con el obispo de Solsona y muchos xenófobos y sectarios como él (Un párroco catalán cuelga del campanario la bandera de los piratas turcos islamistas).
Y con la Iglesia vamos a topar y de morros en Trece, la televisión de los obispos, donde hace ya muchos meses purgaron a los tertulianos que les parecían demasiado ‘españoles‘ a los engolados prelados catalanes ( Mitin de Torra en un monasterio con la abadesa aplaudiendo a rabiar).
En televisión, lo políticamente correcto en España suele significar seguir la pauta progre.
Antonio Naranjo osó decir en ‘El Cascabel’ de Trece que quienes lideraban el ‘escrache‘ al parlamento andaluz eran unas ‘histéricas‘.
Fernando Jáuregui se enfureció ayudado por la amiga de la reina Letizia, Esther Jaén.
«¡Hablar de histéricas de personas que se manifiestan. Tienen todo el derecho a manifestarte. Me parece injusto y desmesurado lo que has dicho!».
Jáen acabó a grito peleado con su célebre «¡déjame hablar!» para chillar:
«¡Es una desconsideración llamar histéricas a las personas!».
Al final, porque la silla en la tertulia episcopal y quiza algo más le va en ello, Naranjo cedió formalmente y, al repetir su argumento pasó a usar el término ‘histéricos‘ en vez de ‘histéricas‘, que, a lo que se ve, ya no genera tanto problema en el lenguaje progre-guay de la corrección.
El problema es que esos mismos Jáuregui y Jaén, que pedían contención en los adjetivos, no tuvieron problemas en usar términos gruesos para calificar a VOX, partido al que el isumergible Jáuregui definió en ese mismo programa comor «una caja de bombas manejada por un mono».
Al margen del mal gusto de hacer referencia a bombas hablando del partido de Santiago Abascal y Ortega Lara, no parece la equiparación más feliz para quien tanto presume de corrección política.
Esther Jaén y Jáuregui volvieron a repetir cual tertulianos de laSexta toda la cantinela habitual de estos días de partido enemigo de las mujeres y de los inmigrantes.
¿Y qué hacían el resto de la mesa? Es decir, Antonio Jiménez, Mayte Alcaraz y Antonio Naranjo pues repetir la consigna de que el Moreno Bonilla (PP) y Juan Marín (C´s) eran dos tipos muy feministas y a los que nadie podía llamar machistas (lo que era tanto como reconocer que los de Vox sí lo merecían a juicio de toda la mesa de El Cascabel).
Fernando Jáuregui dijo que Vox era «un peligro», Esther Jáen que eran «el problema» para Andalucía y que había que sentir ‘pánico’ con los argumentos de Vox.
«Cuando escucho los discursos Vox me he hecho a temblar», repetía una y otra vez Esther Jáen como si fuera un híbrido de Mamen Mendizabal y Angels Barceló.
Mientras Jáuregui dejaba claro que la Junta de Andalucía durante el mandato del PSOE había liderado «una lucha en defensa de la mujer» indiscutible.
Antonio Jiménez repetía por su parte insistía, como si estuviera en la sede de Ciudadanos, que el acuerdo del PP era «sólo entre el PP y Ciudadanos» (todos vimos a Ortega Smith y a Teo firmando un papelillo), pero Jiménez aseguraba que las propuestas de Vox con respecto a la colaboración entre la Junta y la Guardia Civil para que esta facilite a la autoridad de los 57.000 inmigrantes ilegales identificados era tal ‘barbaridad’ que, según el presentador de ‘El Cascabel’, «eso había llevado a que esto ni se haya planteado» por parte del PP y C´s.
Rematado por un «¡Ni más faltaba!», de Jáuregui.
«¡Eso está totalmente rechazado!» asentía Jiménez.
Es llamativo que en Trece parece que se ‘compra’ el discurso de que todo lo que esté en la derecha y no sea el PP es ultraderecha y fascismo olvidando que nadie de Vox ha usado contra la comunidad LGTB término escuchados no hace mucho desde los micrófonos de la COPE).
Y es que como sigan así, de acuerdo a ese planteamiento progre-guay de Jáuregui y Jáen, el ideario de la entidad titular de COPE y Trece sobre la familia y la vida también les parecerá ‘ultraderechista, machista, caja de bombas y les pondrá los pelos de punta’.
Especialmente llamativo que lo haga Antonio Jiménez que tanto padeció que lo etiquetaran a él de ‘ultraderechista‘ cuando estaba en Intereconomía desde ese mismo sector ‘progre‘ que ahora etiqueta como tal a VOX.