Este pasado 23 de marzo de 2019 volvió ÉL. ¡Aleluya! El macho alfa de Podemos, Pablo Iglesias, que llevaba tres meses dando biberones a sus hijos, tenía desamparada a su formación que para colmo estaba llenita de fugas de agua, la última llamada Pablo Bustunduy.
Pablo Iglesias volvió a la primera línea de la política con un discurso que intentaba recordar sus primeros alegatos, aquellos con los que consiguió enganchar a mucha gente desencantada. Pero Iglesias ya no es el mismo, ahora es padre, tiene un casoplón en Galapagar, no tiene al lado a ninguno de los amigos que le ayudó fundar Podemos y por esto y por más, aproximadamente la mitad de sus votantes le habrá dado la espalda cuando acabe el recuento del 28-A.
Por si tenía poco con todo esto Pablo Iglesias, este 25 de marzo de 2019 se han dado soberbias bienvenidas al líder podemita, como el caso de su eterno azote Eduardo Inda.
Desde su silla en ‘El Programa de Ana Rosa’ de Telecinco, el controvertido periodista metió una lluvia de palos al jefe podemita en su regreso:
El señor Iglesias pidió mi cabeza por enésima vez… Y dijo que me tienen que echar de España, poco menos, pero ya estoy acostumbrado a sus cuitas. Luego dice que yo en sede parlamentaria enseñé informes falsos. Pues bien, este señor me metió una demanda por eso y también la ha perdido, lleva ya seis o siete perdidas, todas ellas con dinero público. El dinero público está para intentar amordazar periodistas…
Pero lo peor de todo es que volvió un Pablo Iglesias que nadie se cree, hablando de los poderosos, de los ricos, de los que mandan… Un tipo que vive en un chalet de un millón de euros, que tiene servicio, que le abren la puerta del coche… Y luego criticar a personas hechas a sí mismas como Florentino Pérez y Amónico Ortega, que son un ejemplo para el resto de los españoles y que han creado 300.000 puestos de trabajo, pues me parece abyecto.
Y luego lo que le recomendaría es que se ponga a dieta porque le veo fondoncillo. ¡Y tenía pinta de haber dormido vestido varios días!
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