Es agotador escuchar a Irene Montero en una entrevista durante muchos minutos seguidos, por su tono de voz y sus formas a lo Iglesias, pero ya hay algo en lo que ha superado a su pareja y jefe: ahora los ritmos, los contenidos y las formas, los marca ella.
Y así ocurrió este 14 de mayo de 2018 cuando Ferreras la entrevistaba en Al Rojo Vivo de laSexta, tratando de sonsacarle información de cuáles son sus planes para con Sánchez o, retrotrayéndose al Iglesias más chungo de 2016, qué ministerios le van a pedir en esta ocasión al posible presidente. Los seis ministerios que el ‘vicepresidente’ Pablo Iglesias exige a un pasmado Pedro Sánchez.
¿Para ustedes qué departamentos son los especialmente sensibles en el nuevo gobierno?
Entre tanta verborrea de Montero, una idea: esta vez no habrá apoyo gratuito como en el pacto de la moción de censura a Rajoy, e Irene Montero marca la línea dura de Podemos por delante de Pablo Iglesias: no quieren dos o tres ministerios de los menos importantes, ¡quieren decidir el Gobierno y sus planes!
Desde luego en algo ha mejorado Montero a su pareja y jefe, en explicar manera más políticamente correcta y sin arrogancias cómo pretende mangonear en el Gobierno de Sánchez para ofrecerle sus diputados.
Esto no es un quítate tú para ponerme yo… No solo importan las políticas sino también las personas encargadas de desarrollarlas, sino también las agallas y la valentía con los que te van a poner palos en las ruedas. Nosotras creemos que hay que elaborar un plan de Gobierno, trasladamos nuestra propuesta para que haya un Gobierno de coalición y que la iniciativa en eso le corresponde al PSOE.
No le quedaba claro a Ferreras: «¿Pero para ustedes formar parte del nuevo Gobierno lo es con carteras ministeriales o con secretarías de Estado, direcciones generales…? ¿O tienen que ser ministerios sí o sí?»
Te insisto en que no se trata de ver quién ocupa los sillones, sino de ver qué personas dan garantías de que los acuerdos se van a cumplir y dónde se colocan esas personas para maximizar las posibilidades.
Un auténtico ‘sujétame la cerveza, Pablo’, que ahora voy yo a pedir.