Ninguna televisión pública o privada de España es tierra virgen en lo referido a la manipulación y la politización, pero como en todo hay grados (Torra exige control penitenciario pleno para poder excarcelar a los golpistas y Sánchez se lo está pensando).
¿Qué más le hace falta a TV3 para que sea reconocido como la televisión más sectaria y manipuladora de toda la historia?
Con los delitos añadidos de ser una televisión pública y de, en un momento de crispación social (reconocido recientemente por el propio obispo de Barcelona) es cuando más una televisión pública debería rebajar la tensión (‘Informe Semanal’ blanquea los apoyos de los proetarras y los golpistas a Pedro Sánchez con un infame reportaje).
TV3 ya había mostrado que era capaz de llevar sectarismo hasta el día de las campanadas eligiendo el año pasado al showman independentista Quim Masferrer, conocido por sus insultos hacia los españoles, incluyendo entre ellos los catalanes no independentistas, a los que calificó de ‘sarnosos’ y ‘»cabrones de mierda» durante un acto político (La última ‘gitanada’ del desmemoriado Valls: meter en el mismo saco a Vox con golpistas y bilduetarras).
Masferrer aprovechó las campanadas 2017-2018 para hacer un alegato político contra la aplicación del artículo 155 de la Constitución española. –(Las campanadas del odio en TV3: el Ramón García del independentismo pidió libertad para los presos y despreció el 155)—
¿Podían superarlo? Pues sí, llevando la política independentista a la cabalgata de reyes de magos. Y es que la cabalgata retransmitida por TV3 la noche del 5 de enero no fue la de la Puerta del Sol de Madrid, sino la de Vilanova-Geltrú, es decir, la que organizaba Neus Lloveras, la alcaldesa que presidía la Asociación de Municipios por la Independencia y que tuvo que declarar ante los tribunales por los sucesos del 1 de octubre.
¿Y que vieron los niños que siguieran las campanadas por TV3? Pues a un Rey Melchor que sin problema alguno hacía un alegato a favor de Oriol Junqueras, Joaquim Forn, «Los Jordis» y demás amiguetes presos y a la espera de juicio por su participación en el intento de disolver el Estado español del 1 de octubre de 2017.
«Ningún niño debería quedarse una noche sin su padre por fidelidad a sus ideas».
¿Sutil, verdad? Y si aun así hubiera alguien que no lo hubiera pillado ahí estaba Lloveras para dejarlo claro que pidió a sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar ante todos los niños y ante las cámaras de TV3 que «pensaran en las familias que no podrán celebrar juntas ese día de ilusión».
Pues nada, otros pedirían a los reyes una TV3 que al menos disimulara un poquito su condición de altavoz del independentismo.