Menos mal que La Sexta de Atresmedia es la cadena de las noticias verificadas, la que ha montado su gran servicio de ‘NewTrola’ para dictaminar que es mentira y que es verdad.
Si no llega a serlo igual sus escaletas las rellenarían directamente trols de Twitter, porque la cadena que dice encarnar el periodismo español lleva una trayectoria de pifias raras que van desde acusar a diputado del PP, Juan Van Halen, de justificar el asesinato de Lorca manipulando una frase suya, a montar la newtrolada del supuesto plan racista de Pablo Casado de chantajear a mujeres inmigrantes con que las echa si no entregan a sus hijos.–Más sectarismo: Ferreras y su tropa insultan a un diputado del PP al que atribuyen por error un ataque a Lorca—
Lo suyo más que verificación parece un ‘radar busca-mierda’ de todo lo que suene mal contra el PP soltarlo y luego ya lo irán matizando conforme las reacciones que provocen.
El último ejemplo se dio en el programa de ‘Al Rojo Vivo’ de este lunes y el blanco era el diputado del Partido Popular y ex ministro de Justicia, Rafael Catalá. Una acusación clara: trabaja siendo diputado sin haber informado a los órganos competentes:
Antonio García Ferreras – Hablábamos de la controvertida puerta giratoria (…) atención tenemos una más. (…) Rafael Catalá, ministro de trabajo, ex ministro, que sigue de diputado, que está en la diputación permanente, que va de número 1 en las listas de la diputación por Cuenca, está ahora mismo llevando a cabo actividades privadas y no tiene autorización del congreso.
Para que la acusación quede clara, mientras Ferreras habla, aparece un rótulo contundente: «Catalá, en el sector privado sin autorización».
Como marca el estilo de la casa, se dan los datos a través de un redactor (que, básicamente estaban recogidos del digital de Marcos Paradinas), para que acto seguido los tertulianos de la mesa le pongan a parir.
Redactor – Tendría Rafael Catalá multipuertas giratorias, porque tiene varios cargos, entre otros es consejeros del buffet de Herver Smith, forma parte del patronato del Atlético de Madrid, también del patronato de Legálitas y es abogado en un Colegio de Abogados. (…) Lo está haciendo ¡ojo! sin autorización. Para hacer ambas cosas se necesita autorización del Congreso de los diputados. (…)
Antonio García Ferreras – Bueno, además, ese Buffete Smith… claro… ¡tendría que pedir autorización! Claro. ¡Tendrá que pedir autorización al congreso! (…)
Aunque los tertulianos de la mesa se pusieron a zurrar a Rafael Catalá con los clásicos discursos prediseñados contra esas pérfidas ‘puertas giratorias’, conforme avanzaba la mañana aparecían datos un tanto contradictorias para esa supuesta maniobra turbia que La Sexta había desvelado.María Llapar – Después de dejar de ser ministro, Catalá pidió a la oficina de conflicto de intereses que le dejaran llevar a cabo todas esas actividades. Le dieron el OK. Pero aquí en el congreso, Antonio, no ha pedido ningún tipo de permiso. (…)
Carlos Segovia – Tendrá que explicarlo Rafael Catalán. Él ya explicó que era miembro del Consejo Asesor. Y ya consiguió la autorización difícil, que es la de la oficina del conflicto de intereses, es raro que no haya pedido la fácil, que es la del congreso.
Antonio García Ferreras – ¡No ha pedido nada al Congreso de los diputados! ¡Así, por la patilla! «Soy Catalá»! (…)
La primera acusación lanzada por La Sexta era que Rafael Catalá «no había pedido autorización». Ahora resultaba que sí la había pedido a la oficina de conflicto de intereses y le había sido concedida. Pero Ferreras viraba su ataque lo centraba en el hecho de que no lo hubiera pedido al congreso: «¡No ha pedido nada al Congreso de los diputados! ¡Así, por la patilla».
No obstante, más adelante conectaban con Marcos Paradinas, el autor de la información inicial, y a él ya se le veía menos convencimiento de ese supuesto dato de que Rafael Catalá no hubiera dicho nada al congreso:
Marcos Paradinas: «A nosotros no nos consta que tenga ningún permiso. En el PP dicen que lo han pedido, una cosa es pedirlo y otra que te lo den (…) Además el pidió un permiso como ex ministro, pero no como ex diputado y los diputados también necesitan un permiso».
¡Ah! O sea que ahora el problema no es que no pidiera permiso, sino que lo pidió como ex ministro y no como diputado. Como va evolucionando la acusación.
Final de la mañana, nueva rectificación en la que a Ferreras se le notaba un poco más incómodo con el tema cuando entró María Llapar a matizar la cosa:
Antonio García Ferreras – ¿Pedir, lo pidió?
María Llapar – Atención, porque hay novedades. Hemos tenido acceso al documento en el que Catalá sí informó al congreso el 28 de octubre de 2018, informa al congreso de su actividad privada por cuenta ajena. Este es el documento que entra en el Congreso de los Diputados y nos dicen que hasta aquí la obligación de los diputados (…). Y sólo si rechazan esa compatibilidad hubiera tenido que dejar el acta en 8 días. Y nos dicen que esta autorización de Rafael Catalá no fue tramitada porque se han disuelto las cortes (…) que si pidió Rafael Catalá.
Es decir, que después de que toda la audiencia escuchara al propio Ferreras bramar reiteradamente que Rafael Catalá «no ha pedido nada al congreso», resulta que sí lo había hecho por escrito, el día 28 de octubre y que encima consta en el registro del Congreso de los Diputados. ¡Toma ‘más periodismo’!
Eso, entre otras cosas quiere decir que el fabuloso equipo de redacción y verificación de La Sexta Noticias – NewTrola y demás, se lanzó a dar una noticia contra Rafael Catalá, sin habla ni siquiera con Catalá o con el Grupo Popular (aquello que llaman ‘contrastar las noticias y eso que enseñan en las facultades).
Ferreras y Paradinas trataron de disimular criticando igualmente al político del PP, dado que su expediente aún no se había resuelto. Y Paradinas tuvo un final genial:
Marcos Paradinas – Seguiremos informando de que actividades realiza Rafael Catalá, más allá de que tenga permiso o no…
«¿Más allá de que tenga permiso o no?». ¡Después de haber estado toda la mañana poniendo el foco en el tema del permiso, al final parecía que lo del permiso era un tema secundario y lo importante era centrarse en la actividad en sí! Pues vale. Y los zappeandos y monegales no dirán ni mu de este tipo de prácticas, claro.
Si estos son los referentes del periodismo en España… ¿cómo será el resto?