María León y Dani Rovira visitaban el plató de ‘El Hormiguero 3.0’ como invitados de platino por el programa con el fin de promocionar la película ‘Los Japón’.
Entre anécdotas y chascarrillos sobre el rodaje del filme, Nuria Roca entraba en escena con su sección ‘Nuria Rocks’ para instruir a los espectadores del buen hacer periodístico. Y es que parece que el formato de Antena 3 rechaza, de forma contundente, los titulares que componen los periodistas que trabajan en los medios de comunicación digitales de nuestro país. La colaboradora comenzaba advirtiendo a la audiencia de lo que verían a continuación:
Os voy a proponer un juego. Poneos en la mente de alguien que no ha podido ver ‘El Hormiguero’ en toda la temporada, pero le interesaba lo que sucedía aquí cada noche, entonces ha leído solamente los titulares. Conclusión: estamos en el programa más polémico de la televisión y Pablo Motos es capaz de hacer cualquier cosa.
A partir de ese momento, comenzaba a desbarrar sobre la prensa digital; eso sí, manteniendo a salvo todas las publicaciones de su conglomerado mediático.
Resulta sorpresivo que medios de referencia nacional como El Mundo, OKDIARIO, La Vanguardia, ESdiario, El Comercio o Periodista Digital se equivoquen a la hora de titular las noticias sobre el formato conducido por Pablo Motos. Pero a ellos les parece que es así. Y por si esto no fuera suficiente, califican sus textos de «falsos» y «fake news»,e incluso, el propio presentador del programa se atrevía a referirse a un periodista como «gilipollas»:
¿Es gilipollas Mario Casas, yo o el periodista?
A lo cual, Nuria Roca respondía -entre risas-:
Ahora que lo preguntas, los tres, directamente.
En este contexto, el plató se venía abajo entre aplausos y risas, incluidas las de los actores invitados que, en principio, debían ser los protagonistas de la noche.
Las críticas constructivas siempre han de ejercer como arquetipo de hábito positivo, más todavía si contribuyen a mejorar cualquier actividad que se practique -incluida, por descontado, la periodística-, pero resulta especialmente llamativo que, en este afán por hacer prosperar y medrar la tarea de redacción, queden excluidos los medios de comunicación que de ellos se derivan. Viva la objetividad, ¿O no, Pablo Motos?
