El categórico éxito cosechado por ‘La isla de las tentaciones’ (Mediaset) ha convertido a sus protagonistas en estrellas de la órbita millenial.
De entre todas las parejas que aceptaron participar en el formato conducido por Mónica Naranjo (y que ha logrado los mejores datos de audiencia de la cadena en años), hay una que tenía repercusión previa: la formada por Susana Molina y Gonzalo Montoya, ambos participantes (y ganadora) de ‘GH 14’.
Después de seis años de relación, el duplo optó por poner a prueba la estabilidad de su vínculo y el resultado obtenido no fue el deseado. Hablando mal y pronto, ‘les salió el tiro por la culata’.
Ahora que el show de entretenimiento ha llegado a su fin (y a la espera de que esta misma noche se produzca el deseado reencuentro), ambos han dado la cara en sus respectivos perfiles sociales, donde han hablado alto y claro tras hacerse pública su ruptura en la hoguera final emitida el pasado martes 11 de febrero de 2020.
Susana, que se define en su cuenta de Instagram como «astróloga y vidente» (una clara indirecta a Fani, que no creyó en sus impresiones con respecto a Rubén), está viviendo «unos días de no parar» en los que «la tensión emocional es muy grande» y, aunque reconoce que «no estoy del todo bien, aunque pasó hace tiempo», ha aprovechado la última entrega de la isla del deseo para agradecer a sus más de 700.000 followers «todos los mensajes de comprensión y apoyo y vuestro respeto porque solo quise ser sincera sin hacer daño«.
Montoya, por su parte, regaló al público de Cuatro su versión más vulnerable y frágil ante la firme decisión que tomó una «decepcionada» (que no celosa) Susana. Para el sevillano también corren tiempos «complicados»; de hecho, admite que lleva «muchas noches sin pegar ojo» por las incontables críticas y juicios en los que se ha visto involucrado.
«Es algo que pasa actualmente en la sociedad; te etiquetan de algo que no eres y te llevas una palmadita en la espalda», manifiesta entre lágrimas de emoción, al tiempo que recomienda no «prejuzgar a las personas, porque podemos tener un bello corazón» y asegura que «volveré a sonreir. Gracias a todos y a todas las personas que me han apoyado, que al principio no dabais un duro por mí, ni yo mismo».