Parecía bastante evidente que la mejora del momento más duro del coronavirus en España iba a dejar asomar todas las cuentas pendientes de la política, de modo que los dimes y diretes por el apoyo o no al estado de alarma de Pedro Sánchez solo fueron el principio.
La presentación de solicitudes para la clasificación de las provincias a la siguiente fase está dejando lugar a momentos de máxima tensión, como vimos en la tarde de 7 de mayo de 2020 en Madrid, que terminó de forma muy acalorada y con dimisión incluida.
Apenas unas horas después, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, no puede ocultar su agotamiento pero sí tiene tiempo para responder a los ataques con saña y mala baba del Vicepresidente Social, Pablo Iglesias, un tipo que ha hecho tan poco por solventar la crisis sanitaria en nuestro país.
El podemita ya en 8 de mayo apareció por la radio de su amigote Fernando Berlín para apalear a la del PP:
Todo el mundo sabe que hay que al menos dos territorios especialmente golpeados por el virus, que son Madrid y Barcelona. No hace falta ser un gran experto, tienen que ir con ritmos más lentos. Díaz Ayuso ha intentado hacer propaganda con algo muy serio. Cuando llegue el momento, los ciudadanos sabrán juzgarlo.
Desde ‘El programa de Ana Rosa’, Ayuso se defendía y con un certero ataque:
Él no sabe lo que ha pasado en Madrid y no ha arrimado el hombro en ningún momento, jamás han llamado a Madrid para preguntar cómo podían ayudar.
Este hombre jamás se ha puesto a nuestra disposición, no se ha acercado a ningún hospital ni ha ofrecido ningún efectivo. Los que hemos salvado muchas vidas en soledad y los que hemos sacado hospitales como el de Ifema adelante somos nosotros.
No nos pueden dar lecciones ni intentar arrinconar a una autonomía, porque yo no lo hago con los ayuntamientos, al contrario.
Ese uso que hacen de las instituciones ayuda muy poco. Luego me dicen que pactemos y nos entendamos, ¡es todo una farsa! No voy a entrar en ese politiqueo.