Raro es que la ocurrencia no haya salido de su magín.
Porque a nadie se le escapa que si hay un periodista en España con una rapidez mental para colocar apodos que hacen fortuna ese es Federico Jiménez Losantos.
El director y presentador de ‘Es la Mañana de Federico‘, en esRadio, cuenta este 12 de septiembre de 2020 en su columna en ‘La Otra Crónica’ (El Mundo) el desopilante mote que le han colgado en TVE a Mónica López, la sustituta de Xabier Fortes para encargarse del tramo matinal en la cadena pública.
Losantos tiene claro que la llegada de la que fuera presentadora del tiempo no es más que un cambio estético, que nada va a cambiar en el ente público, que todo seguirá encaminado y enfocado a hacer propaganda en favor de Pedro Sánchez.
Para el periodista turolense la nueva función de Mónica López no aporta ninguna novedad de fondo, salvo conocer el nombrete que le han endilgado varios compañeros en TVE:
El primer cambio en TVE es el de Las Mañanas de la 1 por algo igual pero más dócil, presentado por una mujer del tiempo, a la que en los pasillos del Ente llaman La Isobaras.
Losantos, con mucha ironía, cuenta que López optó por llevar para su estreno a un político con poca inclinación a aparecer en los medios de comunicación, especialmente si son amigos de la causa:
Para estrenarse, invitó a alguien que apenas sale en la tele, un tal Sánchez, tan cómodo como Preysler o Montero con un Ferrero Rocher.
Y añade que, evidentemente, como no todo es hacer entrevistas a la carta…a la carta del invitado, claro, decidió que al tercer programa había que poner contra las cuerdas a Santiago Abascal, el líder de VOX. Sin embargo, detalla el director de ‘Es la Mañana de Federico’, el invento no salió como esperaba la ‘nueva Fortes’ de TVE:
Pero al tercer día, Isobaras quiso hacer méritos linchando a Santiago Abascal, que ha vuelto esplendorosamente mesopotámico. Tanto lo marearon que Abascal les dijo que han convertido la televisión pública en el No-Do.
Recuerda Losantos que el No-Do tenía un cierto prestigio y que, a buen seguro, aparte de no prestarse a reportajes o publirreportajes de auténticas naderías, jamás nadie hubiese tenido la ocurrencia de darle la responsabilidad de llevar un programa de actualidad y análisis político a un simple presentador de la información del tiempo:
Un respeto… para el No-Do. La imagen era mucho mejor, no se fingía democrático, Franco inauguraba pantanos de verdad, no charcos de colorines, y Mariano Medina jamás habría presentado un telediario.