Carlos Navarro, más conocido como El Yoyas, ex concursante de Gran Hermano de Telecinco y colaborador habitual de televisión, ha sido condenado a seis años de cárcel por maltrato, lesiones y amenazas contra su exmujer, Fayna Bethencourt, y sus hijos. La Justicia le considera autor de siete delitos, uno de ellos contra la nueva pareja de su ex esposa.
Esta condena supone un nuevo revés a la imagen de Telecinco. Varias de sus estrellas anónimas (de la fábrica de GH) han tenido problemas con la Justicia a lo largo de dos décadas pero esta sentencia llega en un momento muy delicado con el formato desaparecido de la parrilla por culpa del grave asunto de la presunta violación, en la edición de GH Revolution presentada por Jorge Javier Vázquez, a la concursante Carlota Prado.
La sentencia pone fin a un proceso en el que la acusación relató las agresiones y amenazas que sufrían tanto sus hijos como su entonces mujer. Los episodios de malos tratos que la Fiscalía atribuye a Navarro se remontan a 2013, cuando supuestamente dio una paliza a Fayna delante de su hijo, que tenía tres años, y la arrastró al dormitorio mientras le decía:
«¿Qué quieres que te rompa, el brazo o una costilla?».
El ministerio Fiscal sostuvo que, desde el inicio de la convivencia, El Yoyas se apoyó de la «dependencia emocional de Fayna, que reforzaba tratando de convencerla de que sus padres no la querían». Así, instauró una relación en la que «tenía un control absoluto de la economía doméstica así como limitaba la autonomía» de su mujer, vigilando sus «comunicaciones y movimientos«.
La pareja, en una foto de archivo.
También acusó a Carlos de tratar de forma «degradante» a su esposa, a quien «retorcía la mano o le daba un pisotón cuando quería que se callara». Su comportamiento, según la fiscal, se fue haciendo cada vez más «violento, hostil y humillante«, lo que se agravó con el nacimiento de sus hijos.
Navarro agredió a su mujer «en múltiples ocasiones, cogiéndola del cuello hasta elevarla del suelo, dándole patadas, puñetazos, amenazándola e insultándola con frecuencia», con frases como «eres una hija de puta«, «una subnormal» o «una golfa«. Todo ello en presencia de los hijos de ambos. El escrito de la Fiscalía señalaba que este deleznable comportamiento generó en el domicilio un «clima de terror» que afectó a los menores.
