Ignacio Aguado ha pasado, de un momento a otro, de ser el vicepresidente de la Comunidad de Madrid a ser un perfecto don nadie; un político poco llamativo de un partido a la deriva… Y eso le duele, y por eso patalea.
Así que este 11 de marzo de 2021, apenas 24 horas después de la hecatombe política en Madrid, se plantó en Al Rojo Vivo con Antonio García Ferreras para bramar contra la protagonista de sus males -casi de amores-, Isabel Díaz Ayuso:
Ella misma decía que las elecciones en Cataluña eran una temeridad y una irresponsabilidad, y lo hace en Madrid por arañar un puñado de votos…
«¿A usted le han tentado en esta candidatura desde el PSOE y desde Más Madrid?» Preguntaba el presentador.
Yo una y otra vez he dicho que no, que hay que anteponer la estabilidad de Madrid, que estaba funcionado bien.
Y se vino arriba el de Ciudadanos:
Ayer hablábamos de un acuerdo inminente de presupuestos, que se ha dinamitado, ha saltado por los aires. ¡Es tal irresponsabilidad lo que ha hecho! A las cinco de la tarde estaba la reunión cerrada con el PP y con VOX para sacar los presupuestos adelante; incluían 250 millones de euros de ayudas directas a la hostelería.
En definitiva, todo el discurso de Aguado fue un lamento en sí mismo: «¿Qué tiene que ver el Vacunagate del PP en Murcia con Madrid?»
«Usted se siente traicionado y frustrado», le decía Ferreras por finiquitar un tema que no iba a ningún lado más. Y el redoble final del político despechado: «Ella quiere ser la reina Sol».
Ciudadanos se divide ante la última cabriola de Arrimadas
Inés Arrimadas -quién te ha visto y quién te ve- cargó hace unos meses contra aquellos que querían «poner en peligro la estabilidad de los gobiernos» en mitad de la pandemia porque, a su juicio, tenían «un problema moral». Y fíjense…
Así que tienen un buen pollo montado ahora en el partido naranja. Arrimadas es la actual presidenta, muy tocada, con Toni Cantó, Juan Carlos Girauta y quién sabe qué más figuras revoloteando alrededor ante la división y quizás, el cambio de liderazgo.
