Es lo que tiene no saber gestionar lo público.
La etapa de la administradora única y escasamente provisional, Rosa María Mateo, fue un caos absoluto en lo que al control de RTVE se refiere.
Todo manga por hombro y con un agujero más que importante.
Tanto es así que para paliar una deuda que se dispara por encima de los 184 millones de euros, cifra reconocida por el presidente de la Corporación, José Manuel Pérez Tornero, la idea es sacar pasta de donde sea.
Y la ocurrencia no ha sido otra que la de fijarse en plataformas digitales como Netflix, HBO, Disney+ e incluso Youtube para que aporten a las arcas de RTVE un 1,5% de sus ingresos.
El economista Juan Ramón Rallo tiene muy claro que esto es un auténtico sablazo a las operadoras digitales, pero también a los abonados de las mismas.
Explica detalladamente este 1 de julio de 2021 en el diario La Razón cómo RTVE se financia y cómo ha puesto el objetivo en nuevas fuentes de ingreso:
RTVE se financia a través de impuestos: unos 500 millones de euros que son aportados anualmente por los Presupuestos Generales del Estado (y que, por tanto, salen del IRPF, del IVA o de los Impuestos Especiales que soportan los ciudadanos) y otros 600 millones de euros a través de impuestos específicos sobre algunos operadores de mercado. Así, las televisiones en abierto han de aportar el 3% de sus ingresos a RTVE; las televisiones de pago, el 1,5%; y finalmente, las telecos, el 0,9% por el uso del espacio radioeléctrico.
Precisamente, las empresas de telecomunicaciones habían planteado una queja que tenía lógica, la de por qué tener que pagar dos veces a RTVE:
Desde hace años, las empresas de telecomunicaciones habían planteado, además, una queja que no dejaba de tener cierto fundamento: ellas estaban contribuyendo dos veces al sostenimiento de RTVE; una, por usar el espacio radioeléctrico (0,9%); otra, por ofrecer servicios de televisión de pago (1,5%).
El Gobierno de Sánchez, en uno de esos movimientos propios de los trileros, muestra la bolita de la exención del abono de una cantidad, pero sorprende con la obligación de tener que desprenderse de otro montante económico, tal y como Rallo denuncia:
Pues bien, a partir de ahora, y en medio de la fuerte inversión que requerirá el despliegue de las redes 5G, el Ejecutivo ha optado por eximir a las telecos del abono del 1,5% de los ingresos sobre sus televisiones de pago. Todo lo cual, claro, genera un agujero en los presupuestos de RTVE. ¿Cómo piensa cubrirse ese déficit de financiación? ¿Recortando los gastos del ente público hasta equipararlos al nivel de otras cadenas de televisión más exitosas como Telecinco o Antena 3? No, creando un nuevo impuesto del 1,5% sobre los ingresos de las plataformas digitales de Netflix, HBO o Disney+; impuesto que evidentemente será repercutido a sus suscriptores.
Y la conclusión no puede ser más clara para el economista:
El resultado final no puede ser más descorazonador: se castigará a los ciudadanos por ver lo que quieren ver para subvencionar aquello que no quieren ver.
