Risto Mejide tuvo que interrumpir la conexión en directo para intentar recuperar la cordura en el plató

Caos en ‘TEM’: Susana Díaz y Pilar Rahola, a gritos por los tratos del PSOE con Puigdemont

La expresidenta de la Junta de Andalucía perdió los papeles al no poder desmentir que existan conversaciones entre los socialistas y el golpistas fugado de España

Carles Puigdemont, Pilar Rahola y Susana Díaz
Carles Puigdemont, Pilar Rahola y Susana Díaz PD

Un verdadero caos se vivió en el plató de Todo es Mentira durante el programa del 31 de octubre.

Pilar Rahola hizo perder los papeles a Susana Díaz tras admitir que sí hay conversaciones entre figuras del PSOE y Carles Puigdemont para negociar su regreso a España. Una polémica información que fue desvelada por el propio expresidente de la Generalidad en una carta por el quinto aniversario de su fuga.

En la misiva se desvelan las maniobras de Pedro Sánchez para conseguir su vuelta a España con promesas sobre cambios en el Código Penal, «buen trato» y un indulto

“En estos cinco años no he buscado ninguna solución personal ni he pedido a nadie que lo hiciera en mí nombre; no he buscado de qué manera pasaría menos años en una prisión española, ni he esperado para mí los beneficios que se han aplicado a otros», precisa el líder de los golpistas catalanes.

“Sobre esta cuestión he sido explícito en público y en privado, ante todos los interlocutores que se me han dirigido para proponerme ‘soluciones felices’. También con gente del PSOE que en diversas ocasiones me ha venido a ver para generarme expectativas de un buen trato, vía reforma del Código Penal, y un indulto. Siempre y cuando, claro, aceptase comparecer ante el Supremo. Seguro que Pedro Sánchez sabe de qué hablo», sentenció.

Una información que buscó negar la expresidenta de la Junta de Andalucía ante Risto al asegurar que “si es cierto, que den los nombres y los apellidos de con quienes hablan dentro del PSOE, ya que para nosotros él es un fugado de la justicia”.

La periodista catalana no adelantó ningún nombre porque “si no lo hace Carles, no soy yo nadie para decirlo antes”. Sin embargo, reconoció estar al tanto de primera mano de dichas negociaciones.

«Me consta que ha habido varias conversaciones entre Puigdemont y el PSOE, pero no que se le haya ofrecido el indulto», insistía Rahola, mientras que Díaz seguía subiendo el tono y buscaba contraatacar recalcando la “fuga” del expresidente de la Generalidad y sus asuntos pendientes con la Justicia.

Un anzuelo que mordió la independentista, quien afirmó que el delito de sedición es un disparate por “solo existir en España dentro de la Unión Europea”. Un bulo que hizo que se ganara más enemigos dentro del debate, ya que Celia Villalobos se sumó a Díaz para negar que dicha afirmación fuera cierta.

A partir de este momento, todos gritaban sus argumentos sin respetar el turno de palabra y hasta se pudo observar cómo Rahola hizo un amago de levantarse de su silla mientras decía “¡Anda ya!, pero ‘anda ya!” a la socialista andaluza.

Ante el descontrol, Risto Mejide  tuvo que interrumpir la conexión en directo para intentar recuperar la cordura en el plató. Sin embargo, la salida de Rahola no supuso una tregua, ya que la exministra de Sanidad del PP aprovechó para mandarle un último recadito por sus “mentiras sobre el delito de sedición”:

“Pero si el problema no es que Puigdemont dijera que quería la independencia. Sino que fue mucho más allá y hasta se saltó la Constitución… ¡Ay Pilar, hija mía…!”.

El delito de sedición

Puigdemont arremete en su carta contra la negociación que lleva a cabo la Generalidad con el Gobierno y escribe que «no entiendo cuál es el beneficio de la reforma del delito de sedición para la resolución del conflicto político entre España y Cataluña y aún entiendo menos que se me incluya entre los que saldrían beneficiados». Y remacha: «Puedo entender los beneficios que tiene para el Estado español el hecho de que yo aceptase una resolución basada en la reforma del Código Penal, pero los beneficios para el proceso de independencia no los veo por ningún lado».

En su texto, el prófugo lamenta que se haga «befa» y «escarnio» de su situación y de sus opiniones y defiende el sentido del «exilio» como una forma de hacer política, una «estrategia» en la que no busca lo que define como «situaciones personales». También constata que su situación es un tema recurrente en las conversaciones entre el PSOE y ERC a pesar de que «no lo he pedido ni les he autorizado».

Puigdemont asegura que para él sería un «alivio» comparecer ante el Tribunal Supremo porque sabe que «se desvivirían para que fuese indultado a los tres años de condena». Sin embargo, avisa de que «eso sería una renuncia política que no estoy dispuesto a aceptar». En otro pasaje advierte de que «he intentado ser fiel a un compromiso que me impuse en los momentos más dolorosos y difíciles: el de no hacer del sufrimiento personal y el dolor emocional ninguna excusa, ninguna coartada, ningún elemento del discurso político», una indirecta a su adversario Oriol Junqueras, con quien mantiene unas relaciones nefastas.

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Autor

José Antonio Puglisi

Periodista italovenezolano especializado en economía y periodismo de investigación.

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