EL POPULAR APABULLA AL PRESIDENTE SALIENTE EN EL CARA A CARA

‘EL DEBATE’ / Feijóo arrasa a un Sánchez tan histérico y desbordado que termina atropellándose a sí mismo con el Falcon y el ‘¡Que te vote Txapote!’

El presidente no dejó de interrumpir al candidato popular en toda su intervención: "¡No esté usted tan nervioso, señor Sánchez!"

Llegó el esperadísimo día para Pedro Sánchez, rabioso por dentro desde el pasado 28-M y con ansia viva por arrojarse sobre su rival Alberto Núñez Feijóo.

Este 10 de julio de 2023 se celebró el debate cara a cara de las elecciones generales del 23-J entre los dos principales candidatos y una buena parte de los españoles se colocaron frente al televisor en una jornada ardiente en lo meteorológico para, principalmente, apuntillar sus creencias y validar a su candidato.

La polarización del panorama y la ‘emergencia’ política hacen que de este debate poco, salvo hecatombe de alguno de los candidatos, se pueda rascar.

Y hubo hecatombe.

Cómo de tremebundo fue el debate que completó Sánchez, cómo de penoso estuvo él, bronco, fuera de sí, histérico, que incluso terminó él mismo por meter en el debate el famoso cántico ‘¡Que te vote Txapote!’.

El ridículo espantoso consistió en que el socialista quiso que Feijóo condenara el grito más famoso en materia política de los últimos tiempos. Han leído bien.

Y pueden seguir riendo porque llegando hacia el final del debate, Sánchez fue capaz de sacar hasta sus vuelos en el Falcon. Eligió el presidente el peor día para dar vergüenza ajena. Vean:

Sánchez, KO desde el minuto 1

Desde el minuto 1 se vio una novedad quizás poco esperada a priori: Feijóo arrasó a Sánchez y el socialista se mostró absolutamente histérico, fuera de sí. Y para prueba la primera interrupción del presidente:

«Desconocía este humor suyo, señor Feijóo. ¡Festival del humor!»

Y como el bloque inicial iba sobra la economía, lo mejor lo dejó el gallego a base de eslóganes como este:

«Yo sé que su paradigma económico es el señor Zapatero. ¡Los españoles no somos tontos!»

Cómo de sobrepasado estaría Sánchez que el popular llegó a azotar al socialista: «¡No esté usted tan nervioso, señor Sánchez!»

Y siguió con frases brutales Feijóo apaleando al púgil dialéctico rival: «Usted se cree que los datos son opiniones, ¡y son datos!»

«Probablemente usted se vaya y nos dejará un pufo de deuda a los españoles».

«¡Usted tiene facilidad para mentir!»

Y se vino un momento de fuertes intercambios:

Feijóo: «Usted tiene mucha facilidad para mentir y cree que yo miento. Yo llevo 30 años en la administración pública. ¡No tiene ni idea!»

Sánchez: «Respéteme señor Feijóo».

 

Feijóo: «No me va a enredar, señor Sánchez. ¡Que yo no he sido consejero de las cajas y usted sí… Esto es el mundo al revés, ¡un exconsejero de Caja Madrid dando lecciones al expresidente de la Xunta!»

«¡Y Bildu es su socio…!»

Por fin salió y no tardó mucho, en medio de la refriega económica, la principal baza de Feijóo y que más enerva a los españoles de bien: votar a Sánchez, en el fondo, es votar a Bildu:

Feijóo: «¡Y Bildu es su socio…!»

 

Sánchez: «¿Cómo que mi socio?»

Más tarde vendría el golpe definitivo, pero tiene sentido meterlo aquí:

«De pactos usted no puede dar ninguna lección. Yo jamás voy a pactar con los asesinos de Miguel Ángel Blanco, de cuyo secuestro justo hoy hace 26 años. Hasta Otegi le ha dicho que usted se cree que los españoles son bobos».

Cómo de duro estaría siendo el correctivo para un tuit de Rufián así:

La penosa ley de Irene Montero

«No divida usted con la igualdad, ha hecho una ley que no está en vigor porque el PP le dio los votos al PSOE y usted no tuvo ni el cuajo de aparecer en el Congreso. Favoreció a violadores y pederastas. La señora Montero sigue en el Gobierno, pésimo, y usted pasará a la historia como el presidente que firmó en el BOE la ley del solo sí es sí. No dé lecciones de esto y tápese. Por su culpa hay más de 1.000 delincuentes sexuales beneficiados». La ‘paliza’ de Feijóo a su oponente no tiene ya vuelta atrás.

«Usted está obsesionado con sus fantasmas».

Oferta de Feijóo: la puntilla para Sánchez

Estuvo soberbio el líder popular ofreciéndose, incluso dejándolo firmado, a facilitar el gobierno del PSOE si Sánchez terminase con la lista más votada después del 23-J. 

La oferta terminó por pasar por encima a Pedro Sánchez, que solo pudo balbucear, mentar a lo ocurrido en Extremadura y rehuir la oferta de Feijóo.

Y otro gran resumen lo dejó el propio Feijóo a modo de frase lapidaria en el transcurso del debate: «¡Usted lo que quiere es no dejarme hablar para que empatemos!»

Y es que muy rápidamente quedó patente la estrategia de Pedro Sánchez, que utilizó hasta la saciedad. Tanto, que el propio Feijóo tuvo que pedirle en varias ocasiones que se centrara en el debate con él y se olvidara de Santiago Abascal y VOX, clara obsesión y tiro fijo del presidente -por poco que le quede-.

¿Y qué opina Feijóo?

Aún le quedaba más por sufrir a Sánchez como el púgil que no quiere retirarse a pesar de ir perdiendo el combate por puntos, porque Feijóo tenía la munición de la realidad de esta legislatura patética: por ejemplo, la sedición eliminada y la malversación modificada del Código Penal. «Usted ha sido el presidente del Gobierno con menos respeto a la Constitución», le llegó a decir.

«No puede usted invadir todas las instituciones, no puede poner un Tezanos en cada institución».

Y Marruecos… «Señor Sánchez, ¿qué pasó con su móvil? ¿Qué información tienen de usted y de España?»

Un no parar.

Día aciago para Vallés y Pastor

Se podía esperar una jornada complicada para los dos moderadores del debate, pero quizás no tanto. Sánchez fue brusco, bronco y llevó su desborde personal al formato televisivo. NI Vicente Vallés ni Ana Pastor supieron cómo cerrarle el pico al Presidente en más de una ocasión, quizás más temerosos. Uno y otro se llevaron las principales críticas de los espectadores:

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Autor

José Pablo González

Licenciado en periodismo en 2010 por la Universidad Complutense de Madrid. Canterano del diario ABC, en Periodista Digital desde 2013, actualmente es redactor-jefe. 

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