Este 19 de julio de 2023 se celebró el debate de los cuatro principales candidatos a las elecciones generales, que sin embargo solo tuvo a tres.
Fue en Televisión Española y se quedaron en la pública (y los telespectadores) sin la presencia de Alberto Núñez Feijóo, que dio portazo al formato de la cadena con una clara estrategia electoral que, de momento, le da relativo triunfo.
Feijóo se pareció más al presidente ausente, como cuando Rajoy mandó a uno a Soraya (2015) o Ayuso hizo lo propio con Serrano (mayo de 2023). Esa es la baza de Feijóo, la de quedarse con el regusto tremebundo de la victoria aplastante del cara a cara con Sánchez del lunes 10 de julio de 2023.
3 razones del fiasco de Sánchez en el debate
Pero vamos a la materia grasa de la previa, que consiste en que Pedro Sánchez, presidente saliente, ya ha perdido este triste debate a tres antes de celebrarse y hay varias buenas razones para pensarlo:
1. Sánchez boxea contra un fantasma
Esta fue una de las estrategias fallidas que siguió en el careo con Feijóo. Tremendo error de sus asesores Contreras, Barroso, Óscar López y Hernando. Sánchez buscó enredar todo lo posible el diálogo y meter siempre que pudo al ausente Abascal. Entiende el socialista que esto le hace daño al PP. No se han enterado bien de que el objetivo de la derecha es echarle de La Moncloa a toda costa.
Así que todo hace pensar que, de nuevo, en este último debate el socialista pelea de fondo contra un fantasma, el fantasma de Feijóo, lo saque de constante o no en el devenir de las disputas. Su rival no es Abascal, sino el del PP.
2. Debate de ‘perdedores’
La imagen que dejará el debate a tres en un simple vistazo es esa, la del debate de los perdedores en las elecciones. Solo el PP las ganará (según marcan todas las encuestas menos el CIS), de modo que el resto las perderán.
Y más de esa imagen: será la de solo un gran partido (por volumen), el PSOE, ninguneado por su máximo oponente, el PP, y compartiendo riñas con el tercer partido en liza, VOX, y con un recién llegado, Sumar. Basta imaginar los tres atriles con sendos representantes para entender que la alargada sombra de Feijóo solo hace que perjudicar a un Sánchez, situado de pronto en una ‘plaza menor’. Pero no parece importarle eso al presidente saliente, que está intentando darlo todo en su campaña desastrosa. Le da igual hacerlo de pena en los debates, salir escaldado de entrevistas duras en los medios o acabar en un podcast con ‘La Pija y la Quinqui’.
3. Ya perdió el debate que tuvo que haber ganado
Otro de los detalles que terminan de derribar a Sánchez pasase lo que pasase en el debate a 3 es que, el realmente bueno, ya lo perdió. El presidente saliente tuvo una oportunidad de oro en el cara a cara con Feijóo y lo dejó escapar en un auténtico fiasco que será recordado en la historia de los debates electorales.
La evidencia de la victoria de Abascal solo presentándose
¿Por qué es evidente que, a priori, Santiago Abascal es el claro beneficiado del debate?
Tiene el público futbolero y en general, de cualquier ámbito, la clara tendencia de, si no juegan los tuyos, ir con el pequeño.
Y Abascal es un pequeño ‘gitante’ en este debate a tres. El único portavoz de partido que pelea contra el presidente del Gobierno en liza y su vicepresidenta. Solo puede ganar. Los del BOE, contra el único encargado de representar a toda la derecha del país en este show televisivo. Los de la enorme y pesada mochila de pufos, contra el único que no ha gestionado en lo público ni cometido errores de bulto.
Es la más clara evidencia de que solo con aparecer por allí bien vestido y soltar las cosas que Sánchez y Díaz merecen, Abascal ya habrá ganado.