además de gallego y vasco

Yolanda Díaz inicia en TVE la presentación de ofrendas a los ‘indepes’: que se hable catalán en el Congreso

La medida no es meramente simbólica, de implementarse acarrearía un coste económico

Que se vienen días donde hay que tener templanza, no es un secreto.

La vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, ha abierto la ‘temporada’ de ofrendas a los independentistas vascos y catalanes para poder atar el sí que pueda reeditar el Gobierno Frankenstein que encabezará Pedro Sánchez.

La misma que critica que el PP y VOX se reúnan, en la televisión pública ha admitido sin ningún tipo de rubor que se encuentran en negociaciones “con grupos catalanes y otros grupos para facilitar la investidura”. Aunque esto era más que obvio que iba a pasar, no deja de sorprender cómo critican los posibles acuerdos de los adversarios mientras ceden a las exigencias de quienes quieren romper España y pactan para mantenerse en el poder.

Pero por si esto fuera poco, una de las máximas representantes del Ejecutivo central ha asegurado que España es un “país de países”, algo que contraviene lo que establece la Constitución, que detalla que la organización territorial está basada “en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas”, abocando siempre a la unidad territorial.

“Teniendo en cuenta que nuestro país es un país de países, queremos propiciar una reforma del reglamento para expresarnos en nuestras lenguas en las Cámaras».

“Yo soy galega. ¿Por qué no vamos a poder expresarnos en catalán, euskera y galego?», ha indicado en una entrevista-masaje en el programa La hora de la 1, en TVE.

​​De esta forma, la presidenta de Sumar, propone que en el Congreso de los Diputados y en el Senado se pueda intervenir, además de en castellano, la lengua vehicular para comunicarnos entre todos los españoles, en catalán, gallego y vascuence.

Aseguró que la medida será sometida a debate «con los grupos, por supuesto también con el PSOE, y vamos a reformar el reglamento de la Cámara. Es una de las normas que vamos a cambiar».

De esta forma, busca ganarse la aprobación de ERC, Bildu, PNV o BNG, pero en especial de Junts, el partido determinante para formar gobierno, ya que los pactos con el resto de formaciones están ya encaminados, producto de los acuerdos de la Legislatura que recién terminó.

Si bien estas son lenguas cooficiales y deben ser reivindicadas y entendidas como parte de la riqueza cultural de España -y de esta forma, evitar que los nacionalistas las usen como armas arrojadizas-, la medida no es meramente simbólica.

De implementarse, acarrearía un coste económico porque obligaría a la Cámara a implementar un sistema de traducción simultánea, que correría a cuenta de todos los españoles. Pero el gasto también aumentaría porque habría que realizar una traducción del diario de sesiones luego de cada jornada. No parece que destinar esos fondos, hablamos de millones, en medio de una crisis económica, en lugar de educación o sanidad, como reivindica la izquierda, sea lo más sensato.

Sin embargo, esta no es la primera vez que se propone la medida. El Congreso ya rechazó hace poco más de un año una propuesta similar, en esa ocasión impulsada por los partidos independentistas. La propuesta consistía en modificar el reglamento para hablar y presentar escritos en las lenguas cooficiales.

Cabe señalar que el reglamento de la Cámara Baja no indica de forma expresa qué lengua se debe utilizar durante las sesiones. Hasta ahora, ha imperado el sentido común de emplear la lengua que hablan todos los diputados para comunicarse en lugar de la hablan solo una parte.

Por contra, en el Senado los senadores sí que pueden debatir en las lenguas oficiales desde 2010, aunque con una condición: solo en los plenos en los que se discuten mociones y en la Comisión general de las comunidades autónomas.

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