Tan perdidas y lanzadas en el tiempo las jornadas
no sé si ya se ha cubierto con nieve todo el desierto
y si es la única fuente la fabricada sin patente
si una parte lo averigua y otra parte lo atestigua
qué casualidad más linda por inexistente en la onda
no se suelen ver a solas revendedores de violas
la desconchada y barata por dos monedas de plata.
Con otra forma de vencer de lo que no pudo ser
giro desusado y lento descontrolado y atento
similar a un halago sin ser Bizancio ni Cartago
semanario de octavilla y observando el telesilla
de algunos artificiales persiguiendo iniciales
donde esas averiguaciones conducen a elecciones
remendadora de escena con desbandada en cadena.
José Pómez
http://pomez.net