El puente del sol
madura a los mozos,
los hace crecer
así de repente;
la ropa ajustada
se queda pequeña
ante el promontorio,
inarticulado
de los desconciertos
sueltos y sin orden.
Queda al descubierto
mecánica impar,
desde atardeceres
hasta el resoplido;
que relanza el gong
al cristal curvado
que sostiene al hombre,
para echar en falta
invento y paraje
y zorro en su valle.
José Pómez
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