El incierto metal
y vacío de nada
fortalece las cuerdas
con alguien que sí lo es
vence el día de paz
acumulando escrito
lo mejor y afirmando
la encrucijada abierta
del vocablo imperdible.
Cuando además se dice
de otra manera en copla
y eligiendo imposible
se concatena el bien
con la percha de inicio
las cúspides de acierto
y hasta ese mosquito ávido
de los comercios vivos
enfrentados al dorso.
Se admiten un requiebro
y un silbido de enjambre
estudiando en la fragua
resulta una maqueta
que reproduce en todo
el carril de las almas
donde uno se despliega
y convencido al máximo
calla la furia al paso.
José Pómez
http://pomez.net