Desde cuándo se empeña
ese ensanche ambicioso
en ser amplia plazuela
con tamaño denuedo
siendo una callejuela.
Desde cuando se empeñan
esas rosas de piedra
en elevarse al cielo
para dejar el llano
que las envuelve en lodo
Desde cuando insensato
puede parecer cuerdo
con ese amargo viento
que seca las molleras
de todos los tirantes.
José Pómez
http://pomez.net