Con el verso activado
se sostiene el descanso
otra vez vertical
y apoyado en los robles
se eleva la cabeza
bailando el caballete
en todos los costados
de esos flojos desnudos
como motorizados
torpemente elevados.

Y al cuento que podía
la espera vacilante
apenas sin problemas
va alejando a los jóvenes
de ese letrero absurdo
mucho más viejo que ellos
sola automáticamente
girará esa cuartilla
a la suelta enmendada
devolviendo las partes.

Se detuvo la pluma
en la más perezosa
de las losas abiertas
volaba hasta flotar
figurando atención
en la brusquedad nula
de encontrar el encuentro
vacío y silencioso
donde ella no se encuentra
se escabulle el acierto.

Residentes ninguno
evita la mirada
pero sobra el desdén
de esos involucrados
escondidos detrás
de lo evidente y falso
a la falta segura
de blanco y de entusiasmo
deliberadamente
olvidado en ensayo.

Varias veces se evitan
cantar esas canciones
todas adolescentes
sobre alineaciones
como informan los pastos
aquí de ese lugar
que acerca a compasión
esa idea probable
y estaciona los odios
lanzando un gran suspiro.

José Pómez
http://pomez.net