Dos sentados a la una a las dos y a las tres
mas no tengo ni idea que es un alejandrino
para componer versos no hace falta padrino
y me está provocando hasta muchísimo estrés.
Tanto mirar amada de cerca y no ves
tocando y retocando muchas veces sin tino
y al fin nos encontramos como es su destino
mas nerviosa se aclara y los deshace al revés.
Pero ella dice que hay un solo culpable el mar
que así nos alejó y hasta aurora que nos mira
no concluye el instante de la espina de Octubre.
Se produce el encuentro y apenas sin remar
a la una a las dos y a las tres cuando el rumbo vira
justo antes de la orilla donde el agua no cubre.
José Pómez
http://pomez.net