De la mañana más desvergonzada
despierta en carretera del acero
de la mañana blanca que une amores
plaga pegada en círculos de viento
pastos por satinados desechados
al fondo concluyente de la ayuda.
Nunca arrancada atada a la frecuencia
eterna de las luces bronceadas
se conforma el principio consentido
los párrafos protestan la ganancia
del sentido paraje bien previsto
en la mirada alegre de ojos negros.
La verdadera manta de los llanos
convicta acompañaba los latidos
del sensato coraje que se pierde
en lo fácil de los pozos valientes
la existencia tratada de las idas
contesta en vano daños y ganancias.
José Pómez