Vale más que el diamante
y ondas descabelladas
sin ser un ruiseñor
se estremece en la lluvia.
Con floresta a favor
del consuelo medido
entre bromas celestes
la inmortal bicicleta.
Con luz centralizada
en vaporosa bruma
una brocha destaca
limpiando unos hierros.
Se muestran con los vidrios
agitados en velas
al resplandor docente
del individualismo.
En los rizos sin joyas
en su belleza únicos
en el rostro infinito
de la misericordia.
En frondosas centellas
con rubor cristalino
si lo que doy es vida
te doy más que dinero.
José Pómez