Si se pasa la rosca no es el caso
el tornillo se afloja con tu risa
te llamaré mi mar y más deprisa
mi alegre corcel de compacto paso.
Pensaste en la belleza del ocaso
quizás con sus rigores ya te avisa
para encoger la nueva tarde aprisa
sin adorno ni apaño en pan escaso.
Porque el pertinaz sitio del encuentro
es elegido con humor sencillo
en medio de virtudes de epicentro.
Buscare el perfectísimo castillo
para encontrarnos ambos allí dentro
mas tenga que adornarlo con barquillo.
José Pómez