No soy una alegría de los cielos
esa sonrisa es tuya como el viento
y la firmeza de los montes mudos
reteniendo agua amiga entre sus presas.
No soy una mirada junto al mar
la mar eres tú la orilla lejana
el abrazo perfecto el pensamiento
la fuerza que describe lo pequeño.
Si un estanque agradece su existencia
al ciclo de las cumbres derretidas
desvestidas de blanco sin nombrarlas.
Valiéndome del premio en calendario
anticipado cierto y con cariño
te agradezco atención Mar del Carmen.
José Pómez