La isla innombrable
se transforma en tus ojos
continuamente bella
llama al movimiento oro
del principio instantáneo.
Se encuentra en su centro
dando la bienvenida
a la mar y a sus barcos
labora independiente
la entrada de la ría.
No hacen falta más señas
o quizá falte alguna
que en estas latitudes
casi todo depende
del amor y la lluvia.
No dispone de un nombre
lo piensa y lo recuerda
lo propone al alcalde
para hacerlo efectivo
y no más tarde de hoy.
Si se cambian los nombres
con más facilidad
se dará un nombre propio
a nuestra isla desierta
misteriosa y contenta.
La historia del amor
continúa leyendo
su personalidad
donde aprende su alcance
con cientos de hojas verdes.
Para ti reservadas
en los triunfos atentos
se estrechan esas nubes
de respeto absoluto
y todo ha comenzado
con texturas de versos.
Se moviliza hermosa
la niña de Carmiña
en franqueza sin guerra
ya no queda velado
su nombre es de mujer
y es María del Carmen.
José Pómez