Inconsciente amor de ocio y de campana
divagan las llamas cómplices del aire
un instante suben prósperas ansiosas
y en unos segundos sucumben en calma
se detallan fríos de antojo apagados
de la niebla urbana al brío rural
el ruido vendido al precio del hollín
del conocido hilo a clara vestimenta.
Material pendiente y rotunda palabra
se esconde en ciudades de auroras amantes
y se disimulan unos besos furtivos
detrás de la fama empapada y sencilla
la paz que se pinta descalza es redonda
su seducción salta clamando azules
en el fondo fiado de la estrella ingrata
sabe de balanza con ojos vendados.
José Pómez