La poesía se implica en un soneto
al extremo insensato de locura
en décima intercambia algún zapato
con los rostros ampliados en la Luna.
En la elegía dice adiós muy pronto
con algunas palabras vivarachas
en el romance busca un nuevo encuentro
desandando los cruces con acuerdos.
En la oda disminuye su sentido
mucha gente indefensa es engañada
en un Madrigal arde con los sueños
y apela a los inventos de miradas.
En la égloga amanece desatada
vetada entre las tablas de los dioses
y se complica en clara libertad
en una humilde copla de tus labios.
José Pómez