Si nada permanece sin patrón
no corre el carro vuela a Venezuela
si anima el animado animador
iré –negarlo no puedo– resulta
inexacto el amor auto consciente.
En lo que no hay ninguna duda es
en que lo sabe incluso anticipando
los confines supremos se rindieron
al mejor fin inquieto del trabajo
el que se puede dar para su gloria.
No vamos a tener nada lo harás
y no será ni triste ni a veces
al pedir sus pisadas sobre el agua
que otros muchos caballos galoparon
en un solo segundo de silencio.
José Pómez