La primera utopía
evoluciona al límite
del amor verdadero
surge todo lo bueno.
Y los islotes mudos
y los faros cromados
–y se acelera y para–
y la conciencia explora.
La partida admirada
del soleado lamento
marcha marcha y regresa
a otras tierras afectas.
Una vez emergente
se despierta el misterio
donde apoya el mundo
su amor y fantasía.
Frente a lo que tocamos
se exagera el ridículo
no es preocupante el sueño
como una vela al viento.
Son ligadas valientes
están donde se asoman
los jóvenes con calma
y transforman diamantes.
José Pómez
http//pomez.es
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