Jordi Jaumà (Periodista Digital).-Los miércoles, a las cuatro en punto de la tarde, aunque la temperatura política no lo permita. Como si de una corrida de toros se tratara, se celebra la sesión de control al Gobierno. Cinco minutos antes, en la puerta que da acceso al Hemiciclo se agolpan cámaras, presentadores de televisión, redactores, ministros, locutores de radio, diputados, cronistas, responsables de prensa y comunicación de los partidos políticos. Cualquier parecido con el camarote de los hermanos Marx, no es pura casualidad.
La sesión de control ha comenzado con preguntas relativamente tranquilas y sosegadas realizadas por sendos diputados de Izquierda Unida y de Convergencia i Unió. Acto seguido, ha comenzado el turno del Partido Popular. Desde el lugar en que este redactor se encontraba, el área destinada a la prensa, se tiene una buena perspectiva de la bancada de la oposición y de sus tres líderes y mosqueteros, Mariano Rajoy, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana.
Da comienzo la película mediática profesional. La pregunta es lo de menos. Se trata de lanzar un titular lo más noticioso posible para que ocupe la cabecera de los telediarios de la noche y de los periódicos de la mañana.
Los partidarios de uno y otro bando, aplauden, interrumpen, abuchean. El presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, intenta poner orden, señala “Señorías, pueden ustedes estallar de júbilo, pero cuando acaben de contestar”. Lo consigue, pero sólo hasta que el siguiente vuelve a hablar.
Una vez terminadas las preguntas al Presidente y Vicepresidenta del Gobierno, aquello se empieza a vaciar y entonces es cuando la legión de periodistas comienza su ardua labor informativa. Todo depende de a quién le apetezca hablar. Hoy le ha tocado al ministro Caldera explicar las reformas en contratación laboral.
La Tribu no descansa. Se ha intentado hablar con el ministro Bono, pero ni si quiera ha parado a contestar. Moratinos, directamente ha dicho que no tenía nada que comentar respecto al tema del cámara José Couso.
Por otro lado, el personal, en vista de que aquello no daba para más, se ha dedicado a investigar y la verdad, no ha estado nada mal.
